Tuesday, December 23, 2008

 

Quédate lejos

Quédate lejos, muy lejos de mi vista,
donde mi Fuerza no te detecte.

Mantente en tus fábulas de escarcha,
donde los duendes se aburren
y el sol es perezoso.

Quédate ahí.

Quédate lejos, fuera de las murallas
adornando las pesadillas del ciego,
complaciendo a los viajeros con dosis de carne

Quédate muy lejos
de mis promesas que ya no te incumben,
de las veces que fornicamos bajo la luna
húndete en tus quimeras lluviosas:
ya no tienes cabida en mis maquinaciones


Quédate lejos, muy lejos y nunca vuelvas.

 

Disociación

Una vez, mi maestro de alteridad habló sobre la disociación, como un modo contestatario frente a la sociedad establecida y mojigata, y ya que no has encontrado esta palabra en el diccionario te lo explicaré.

El término disociación, o disociador, se lo emplea para referirse a una persona que no tiene vinculación social directa. No se lo debe confundir con la palabra antisocial ya que ésta tiene connotaciones criminales.

Un disociador es aquel que no pertenece a un círculo social, salvo cuando surgen las condiciones para hacerlo, es decir que un individuo no forza la situación para encajar en una sociedad y que solo lo hace cuando se le antoje o cuando la coyuntura sea favorable, esto no debe ser entendido como egocentrismo sino como individualismo, eso significa que un disociador es netamente un individualista.

Tanto el individualismo como la disociación van muy ligados, esto otorga la ventaja de explorar cualquier círculo social sin tomar partido y permanecer el tiempo necesario si el ambiente es propicio, además de conocer nuevas perspectivas. El ser disociador otorga al individuo cierta peculiaridad ya que lo hace impredecible al no poseer un patrón de conducta social, esto le permite actuar, aparecer o desaparecer en el momento en que se deba hacerlo.

El factor de disociación se da también en el marco natural. El oso gris es un ejemplo de ser disociador, ya que vaga por los bosques solo, tiene aspecto temible y solo se junta con los de su especie cuando es la temporada de apareamiento o cuando llega la temporada de pescar salmón. Otro ejemplo lo es el gran tiburón blanco, que nada solo por la inmensidad del océano y nunca viaja en grupo, salvo en muy pocas excepciones (tanto el oso gris como el tiburón blanco son mis especies favoritas y por tanto mis símbolos totémicos)

Te citaré otros tres ejemplos para que entiendas mejor. Vegueta es un personaje disociador de la serie Dragon Ball Z, además de ser un guerrero orgulloso, jamás permanece mucho tiempo con Gokú y sus amigos y aparece solo cuando él quiere, como en el episodio de la batalla final contra Cell, cuando Gohan, el hijo de Gokú casi cae derrotado, de no ser por la sorpresiva intervención de Vegueta quien cambió el destino de la pelea al debilitar a Cell para que Gohan se llevara la victoria.

Otro ejemplo disociador es Ikki, caballero del Fénix de la serie Saint Seiya. Al igual que Vegueta, es un individualista que no tolera estar con los caballeros de bronce por mucho tiempo, pero, cuando los enemigos asedian y la situación es crítica, Ikki aparece en el momento justo.

Pero quizá el ejemplo claro de un disociador es Gandalf, el mago del Señor de los Anillos. Mejor conocido como el Peregrino Gris, o Mitrhandir, este mago viaja por toda la Tierra Media apareciendo cuando la situación amerite. A continuación cito sus palabras: “Un mago jamás llega tarde, Frodo Bolsón, tampoco temprano, sino exactamente en el momento apropiado”. Esta expresión sintetiza lo implica ser disociador.

En conclusión ser disociador no significa ser antisocial, es una actitud (la misma que forma parte de mis cualidades demoníacas) que permite ser cauteloso en cualquier situación social sospechosa.

Nota personal: voy a ser muy claro y enfático contigo: me agrada ser disociador. Confieso que antes me desagradaba serlo, pero ahora me encanta, porque tengo mi equilibrio y el orgullo de mi lado (frutos cosechados de mi quinta revolución). Ser disociador me permite ser impredecible, aparecer en cualquier grupo cuando me plazca, quedarme si es importante o irme si no tiene provecho para mí. Me jacto de ser un demonio, y de ser un disociador. ¿Alguna objeción?

Tuesday, December 16, 2008

 

Los amantes

Bajo la luz de la luna
yacen los amantes,
refugiados en un cuarto de hotel
o en alguna casa desconocida.

Se dicen secretos
comparten besos,
intercambian esas caricias que solo ellos conocen.

Sus manos juguetean
en traviesa complicidad, desprenden esas prendas calientes
como sus cuerpos ansiosos.

Se despojan de sus barreras,
sus besos son más osados
al ritmo de susurros de pasión,
ese fragmento de tiempo les pertenece solo a ellos.

Se entregan a su afecto,
se entregan a sus deseos,
se fusionan;
cúspide del clímax,
manos entrelazadas.


Yacen los amantes
bajo la luz de la luna,
tras el furor del eros
comparten un mutuo silencio
y una promesa.

 

Sobre el alcohol

Mi joven Aliada, bien sabes que no soy moralista, no obstante hay elementos que incitan hacer daño tanto interno como externo, una de ellas es el alcohol. Alberto Cortez dijo en una de sus canciones “El vino hace decir cosas que el corazón se calla” y lastimosamente es cierto.

Originalmente el alcohol tuvo connotaciones místicas, en muchas culturas era conocido como la sangre de los dioses, por ejemplo los griegos representaban esa sangre en el vino durante sus celebraciones al Dios Baco, el dador de ese elixir.

Conforme pasó el tiempo, y con la comercialización, el alcohol pasó de ser un elemento místico a un producto de consumo masivo, lo cual a traído consecuencias nefastas para todos los que la convirtieron en vicio.

Muchos dicen controlar sus efectos, pero eso es mentira; el efecto desinhibidor del alcohol, hace decir y hacer cosas que no haría alguien sobrio, y en su mayoría genera actos violentos y degradantes; solo hace falta mirar a quienes padecen el efecto, en una fiesta o en una libación callejera, y te darás cuenta de lo que digo.

Porque cuando el alcohol es ingestado aflora en el individuo esos aires de falsa valentía y arrojo, lo que deviene en grescas, hasta casos extremos como un ultraje o un asesinato.
Casi todos se dedican a beber por esconder sus miedos, y se ven inmersos en esa tonta cultura del alcohol del beber por beber.

Sus consecuencias son muy a largo plazo e irreversibles. Físicamente las neuronas del cerebro se atrofian, lo mismo que el hígado y los riñones; en el hombre causa disfunción eréctil de por vida, los movimientos corporales se hacen torpes. Espiritualmente, la dependencia les impide evolucionar por esos miedos escondidos; con cada dosis ingerida del licor el individuo se vuelve un ser autómata, sin capacidad de decisión, mezquino y celoso que impide enfrentar su inseguridad.

Por esas razones, mi jovencita, estoy ajeno a ese paradigma que ofrece el alcohol. No sé si sea el único, pero prefiero estar en mis cinco sentidos y practicar con el ejemplo.

Una cosa es cierta: el alcohol es un pésimo consejero.

 

Cuestionario 0.3

Siguiendo con la ley no escrita de responder cuestionarios o memes, leí uno publicado por Kodama, y ya que lanzó el reto debo responderlo. Esta vez es sencillo, a más de mandar el link de los que deben seguir el reto, cosa que no se como mismo se hace, solo diré que, si lees esto Yukino, estas retada, lo mismo va para el resto de lector@s, solo deben hacer notar su aceptación en la sección de comentarios, allá donde usted sabe, para luego revisar sus publicaciones en sus respectivos blogs.

Como dije antes este meme es sencillo, solo se debe Postear 7 cosas al azar acerca de uno. Bueno, list@s o no, ahí les voy.

1) Me choca que llamen por teléfono tan temprano entre las 6 y 7 am, en especial cuando tengo un sueño muy subido de tono.

2) Me encanta bañarme en agua caliente, solo me baño en agua fría cuando estoy furioso, cosa que ocurre rara vez, es interesante ver el vapor de esa agua helada cubriendo mi cuerpo

3) Me choca estar con la nariz tapada cuando estoy resfriado. Lo bueno es que mis resfríos duran menos de una semana (Tengo salud de hierro, ya no es culpa), y la última que tuve fue como consecuencia de mi última aventura. (Si buscan bien por mi humilde blog, sabrán a lo que me refiero)

4) Necesito silencio absoluto o mi música a la hora de escribir. Me incomodan los ruidos ajenos a mí interés.

5) Me gusta ver mujeres bien vestidas, así como su lenguaje corporal.

6) La oscuridad de mi cuarto y mi música a buen volumen, son ideales para poner mi mente en concentración y dejar que la Fuerza fluya en mí.

7) Creo que ya he olvidado el sabor de los labios de una mujer al besar, la última vez que lo hice fue..... hace muchos años, y la verdad no tengo prisa, ni ansias por hacerlo de nuevo.

Listo, he resuelto este cuestionario, ahora es tú turno Yukino, así como los que siguen este espacio. ¡Banzai!

Tuesday, December 09, 2008

 

Dime lo que te pones (Y de diré que visión tienes)

Un día vi a una adolescente de diecisiete años con un camiseta ceñida a su linda figura en la que se leía “Abierta las veinticuatro horas”. Por más que intenté no ser mal pensado no pude evitarlo, y mi mente maquinó un comentario muy subido de tono que no viene al caso mencionar.

El punto a exponer es sobre lo que proyectarnos al vestirnos. Los que integran una sociedad usan varios códigos de comunicación para transmitir sus ideas, patrones de conducta, emociones etc. Estos códigos están representados de muchas formas, orales, gestuales, corporales, que a su vez van ligados a códigos mucho más complejos como la música, el sexo, el baile, lectura y hasta la ropa que se usa. En definitiva la comunicación aflora en cada individuo de muchas formas directa e indirectamente.

Respecto a la ropa cada atuendo que se usa trasmite, nuestra forma de vida, laboral y social, así también el temperamento con el uso del color y la cosmovisión que se tenga a lo largo de la vida.

Voy a poner tres ejemplos a fin de que se entienda: si vemos en la calle a un individuo vestido con una prenda donde se aprecia el emblema de determinado equipo de fútbol, inmediatamente asociamos que dicho individuo tiene simpatía al mencionado equipo. Otro ejemplo si vemos a una persona vestida de uniforme militar, también asociamos al momento que aquel pertenece a una fuerza castrense y si somos más detallistas, en las insignias que porta dicho militar, descubriremos su rango, así como su especialidad. El tercer ejemplo ya extremo: si vemos a un sujeto vestido con ropas con la insignia de la esvástica, automáticamente deducimos que el susodicho pertenece a un grupo conocido como los neonazis y por tanto que es adepto a esta ideología. En otras palabras, la indumentaria que se usa es también un recurso de comunicación.

Ahora bien, siendo más concretos, a diario vemos gente que usan ciertas camisetas, bien por parecer graciosos, o porque simplemente lo usan por usar. En un día común uno puede hallar a gente portando mensajes en su camiseta en su mayoría soeces: “El sexo nubla la vista” “Loción facial gratis: hale con fuerza” “Instructor de sexo: primera lección gratis” “Abierta las 24 horas” “Que bueno que mi mujer es tonta” También hay de los otros más simplones como “Summer” “Fashion” “Dakota 1978” “Sports”

La pregunta reiterativa es: ¿Acaso las personas saben lo que se ponen? ¿Siguen una moda? ¿O es simplemente vestir por vestir? Lastimosamente, la mayoría de la gente simplemente no sabe lo que se pone, dejándose llevar por la moda.

Como expuse antes, la ropa comunica al observador información acerca del observado: de donde es, qué hace y cuál su tendencia, como el ejemplo del militar, si observamos bien sabremos su rango, si es alguien de tropa o si es oficial, así como su especialidad si es boina roja, marino, piloto, fuerzas especiales, etc. Así mismo, si vemos a un rockero sabremos por su camiseta y accesorios sobre sus tendencias, si es clásico, heavy, industrial, etc.
Si aceptamos que la vestimenta es un recurso para comunicarse con los otros, es por tanto un elemento que debe ser usado con mucha responsabilidad, para no ser tildado erróneamente y evitar crear un falso juicio de valor.

“Eres lo que te pones”

Pd: La camiseta de la ilustración pertenece a la serie de anime: “Chica marioneta J” (el título original es: “Saber Marionette J”), y en ella están sus tres protagonistas: Zarzamora, Cereza y Lima. Para que vean que hablo con hechos y no se me tome por ignorante.

 

Evocación




No siento ningún dolor (por Ti)
No me importa nada (de Ti)
Yo vivo por una sola razón (y no eres Tú)

Consagré mi vida al Lado Oscuro de la Fuerza.
Quédate en tu frío paraíso.

 

Copo

Ya son más de dos meses que Copo desapareció una mañana. La última vez que lo vi estaba contento y cuando regresé en la noche noté que no se hallaba dormido en su sofá favorito.

Copo vino a la familia hace casi ocho años, sus anteriores amos lo habían amarrado a la puerta de mi casa, su pelaje era blanco, muy blanco como la nieve del Cotopaxi, de ahí nació su nombre.

Aquel perro tenía personalidad y gustos extraños. Era manso, tenía la costumbre de pasarse todo el día echado en el patio como una esfinge blanca vigilando, o bien pasaba las tarde y noches recostado sobre el sofá de la sala. Jamás comía el pan entero, había que desmenuzarlo y servirlo como a un niñito. Era un madrugador empedernido, a las seis de la mañana raspaba la puerta para que le abrieran la puerta y dedicarse a su ronda por mi humilde patio, por si algún invasor osara entrar en su territorio. Le encantaba ir de paseo en carro. Cuando mis padres se alistaban a salir, Copo era el primero en sentarse en el puesto de atrás del carro y ponía cara tristona cuando no se lo podía llevar. Una vez, hasta se escondió en silencio en el piso, y cuando mis padres estaban cerca de su destino lo descubrieron moviendo contento su cola.

Ahora Copo ya no está. Dicen que los perros se marchan en silencio para morir solos y jamás se los encuentra. Aquel perro singular tuvo una buena vida aquí en casa, y sinceramente espero que esté mejor en su otra vida, donde quiera que se halle.

Saturday, December 06, 2008

 

Extraños en la Madrugada

- Dos de la madrugada en la avenida Amazonas. En buen predicamento me has metido, mujer – te dije mientras seguíamos caminando.

La verdad no se cómo me dejé convencer de acompañarte a ese bar, quizá se debió al tono seductor de tu voz, ese mismo tono que recurren, tanto tú como ellas, para seguirlas.

Prometiste que serían dos cervezas y que saldríamos a las ocho. El alcohol, fiel a su menester, hizo que olvidaras el acuerdo. Las horas pasaron, y yo, aburrido de estar en un sitio ajeno a mí, conseguí dormir sobre un colcha que hallé en el rincón del bar.

Me despertaste diciéndome que iban a cerrar el sitio. Consulté mi reloj, ya eran cerca de las dos. Inmediatamente todos estuvimos afuera en un desordenado grupo abarcando la esquina de la avenida, desde tu amiga hasta los chicos con quienes coqueteaste como es tu costumbre.

La verdad es que ocurrió tan rápido. Apareció un taxi que parecía nuestra salvación, pero solo pudo acoger a tus conocidos; el vehículo aceleró y nos dejó ahí, solos en esa esquina.


- Dos de la madrugada en la avenida Amazonas. En buen predicamento me has metido, mujer - te dije mientras seguíamos caminando.

La avenida Amazonas se hallaba del todo vacía, únicamente las luces de los postes y el aire gélido nos acompañaban durante el recorrido. Mi sobriedad me mantenía alerta por cualquier peligro, mientras tu seguías asida a mi brazo temblando por el frío intenso y por tanta cerveza ingerida, en tanto sujetabas en tus manos un cigarrillo arrugado que encendiste torpemente.

- ¿Qué haremos ahora? - pregunté sin perder la calma.

- Caminaremos hasta mi casa.

- Estás loca - respondí seriamente. El sur está lejos, ningún camino es seguro a estas horas. Ya sea si vamos por la Marín, por Santo Domingo o por los túneles, será el mismo riesgo, podrían asaltarnos o algo peor.

En ese momento algo apareció más adelante. Parecía una prostituta que corría descalza de una esquina a otra sujetando un bulto, talvez un maletín o una de esas laptops de algún cliente ingenuo.

Te aferraste a mí con más fuerza y seguimos caminando, hasta hacerme detener frente al centro comercial Espiral, y me abrazaste repentinamente.
- Perdóname - me dijiste, mientras yo rodeaba con mis brazos tu cintura.

- Tranquila - respondí -. Ya veremos como salimos de esto.

- Para variar tengo que dar clases mañana - dijiste cuando reanudamos el camino – No sé que tema exponer.

- Primero debemos pensar en cómo volver a tu casa.

- Oye - replicaste - ¿Y si me ayudas a dar clase? Podrías exponer de cómo es tu día en la Estación. Yo te pagaría mañana.

Te detengo unos momentos y sonrió irónico.

- El colegio no te pagará hasta la otra semana - le explico -. Apenas tienes dinero para tus pasajes, ¿Con qué podrías pagarme?

Fue entonces que tus verdes ojos fosforecieron con ayuda de la luz cercana de un semáforo, y me arrojaste una de esas miradas que despiertan mi instinto.

- Solo dímelo – susurraste.

Me quedé en silencio unos pocos segundos, analizando lo que otros hombres pagarían por oír.

- ¿Sabes lo que acabas de decir?

Sonreíste nerviosa.

Me acerqué más a ti, mirándote a los ojos.

- Tienes suerte. Cualquier otro hombre aceptaría tu propuesta, mientras yo simplemente la rechazo, porque no estás en tus cinco sentidos.

Volviste a abrazarme, como para disculparte en silencio. En ese momento apareció un taxi, y lo detuve al recordar que tenía dinero escondido en mi billetera para emergencias como esta.

Atravesamos la ciudad dormida hacia tu casa. Faltaban dos horas para la salida del sol, entramos, cruzamos rápido la sala, y nos quedamos sencillamente dormidos en tu cama los minutos que pudimos. Al día siguiente te acompañaría a dar clases, sin exigirte ningún tipo de pago semejante.

Nota 1: Yo y mi idealismo. Cualquier otro hubiera actuado contrariamente.
Nota 2: ¿Ahora entiendes por qué el alcohol es mal consejero?

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