Saturday, December 06, 2008

 

Extraños en la Madrugada

- Dos de la madrugada en la avenida Amazonas. En buen predicamento me has metido, mujer – te dije mientras seguíamos caminando.

La verdad no se cómo me dejé convencer de acompañarte a ese bar, quizá se debió al tono seductor de tu voz, ese mismo tono que recurren, tanto tú como ellas, para seguirlas.

Prometiste que serían dos cervezas y que saldríamos a las ocho. El alcohol, fiel a su menester, hizo que olvidaras el acuerdo. Las horas pasaron, y yo, aburrido de estar en un sitio ajeno a mí, conseguí dormir sobre un colcha que hallé en el rincón del bar.

Me despertaste diciéndome que iban a cerrar el sitio. Consulté mi reloj, ya eran cerca de las dos. Inmediatamente todos estuvimos afuera en un desordenado grupo abarcando la esquina de la avenida, desde tu amiga hasta los chicos con quienes coqueteaste como es tu costumbre.

La verdad es que ocurrió tan rápido. Apareció un taxi que parecía nuestra salvación, pero solo pudo acoger a tus conocidos; el vehículo aceleró y nos dejó ahí, solos en esa esquina.


- Dos de la madrugada en la avenida Amazonas. En buen predicamento me has metido, mujer - te dije mientras seguíamos caminando.

La avenida Amazonas se hallaba del todo vacía, únicamente las luces de los postes y el aire gélido nos acompañaban durante el recorrido. Mi sobriedad me mantenía alerta por cualquier peligro, mientras tu seguías asida a mi brazo temblando por el frío intenso y por tanta cerveza ingerida, en tanto sujetabas en tus manos un cigarrillo arrugado que encendiste torpemente.

- ¿Qué haremos ahora? - pregunté sin perder la calma.

- Caminaremos hasta mi casa.

- Estás loca - respondí seriamente. El sur está lejos, ningún camino es seguro a estas horas. Ya sea si vamos por la Marín, por Santo Domingo o por los túneles, será el mismo riesgo, podrían asaltarnos o algo peor.

En ese momento algo apareció más adelante. Parecía una prostituta que corría descalza de una esquina a otra sujetando un bulto, talvez un maletín o una de esas laptops de algún cliente ingenuo.

Te aferraste a mí con más fuerza y seguimos caminando, hasta hacerme detener frente al centro comercial Espiral, y me abrazaste repentinamente.
- Perdóname - me dijiste, mientras yo rodeaba con mis brazos tu cintura.

- Tranquila - respondí -. Ya veremos como salimos de esto.

- Para variar tengo que dar clases mañana - dijiste cuando reanudamos el camino – No sé que tema exponer.

- Primero debemos pensar en cómo volver a tu casa.

- Oye - replicaste - ¿Y si me ayudas a dar clase? Podrías exponer de cómo es tu día en la Estación. Yo te pagaría mañana.

Te detengo unos momentos y sonrió irónico.

- El colegio no te pagará hasta la otra semana - le explico -. Apenas tienes dinero para tus pasajes, ¿Con qué podrías pagarme?

Fue entonces que tus verdes ojos fosforecieron con ayuda de la luz cercana de un semáforo, y me arrojaste una de esas miradas que despiertan mi instinto.

- Solo dímelo – susurraste.

Me quedé en silencio unos pocos segundos, analizando lo que otros hombres pagarían por oír.

- ¿Sabes lo que acabas de decir?

Sonreíste nerviosa.

Me acerqué más a ti, mirándote a los ojos.

- Tienes suerte. Cualquier otro hombre aceptaría tu propuesta, mientras yo simplemente la rechazo, porque no estás en tus cinco sentidos.

Volviste a abrazarme, como para disculparte en silencio. En ese momento apareció un taxi, y lo detuve al recordar que tenía dinero escondido en mi billetera para emergencias como esta.

Atravesamos la ciudad dormida hacia tu casa. Faltaban dos horas para la salida del sol, entramos, cruzamos rápido la sala, y nos quedamos sencillamente dormidos en tu cama los minutos que pudimos. Al día siguiente te acompañaría a dar clases, sin exigirte ningún tipo de pago semejante.

Nota 1: Yo y mi idealismo. Cualquier otro hubiera actuado contrariamente.
Nota 2: ¿Ahora entiendes por qué el alcohol es mal consejero?

Comments:
Por eso me caes bien :P

Un abrazo.
 
Muchas gracias por tu confianza.
 
Felicitaciones!!!
 
creo que algun momento te arrepentiras aunque sea un par de segundos antes de volver a tomar el control... tomar el control, vivir con reglas, es medio dificl huh.

Slds
 
Cd: Asi son mis leyes. Qué clase de ser sería si sigo mis propias normas?
 
Post a Comment



<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?