Tuesday, December 27, 2005

 

Infidelidad




Es difícil explicarlo. Sucedió porque tenía que suceder tarde o temprano.

Nos insinuamos. Ella lo deseaba mucho igual que yo. Dijo que quería hacerlo conmigo, que ya no aguantaba las ganas, y yo tampoco.

Y fuimos...

No siento vergüenza alguna, para nada. Lo gocé mucho. Sus gestos, su risa, sus espasmos, sus exclamaciones, sus gestos eufóricos que devenían en micro-clímax, ella era sólo para mí en esos imborrables instantes, y de nadie más..

He deseado hacerlo con otra mujer que no fueras tú por curiosidad, por morbo, por saber que sí puedo complacer a otra mujer.

Ella lo disfrutó más que yo. Me lo dijo al salir del sitio tomándome de la mano. Su mirada satisfecha la delataba. En verdad se la sentía contenta.

Te fui infiel, Misty, y no me arrepiento. No dudaría en repetirlo con ella una vez más, si ella me lo propone o si yo lo haga primero.

Francamente no me avergüenzo y lo reconozco al decírtelo: ayer fui al cine con Fernanda.

 

La desigualdad de la igualdad de los géneros (parte II: sociedad castradora Libertad Vs libertinaje)




Para los que no leyeron la primera parte, en ella hablé sobre las conductas erróneas de los humanos sobre sus libertades personales, del por qué se le critica las libertades personales de la mujer y se aplaude las libertades del hombre y viceversa.

En pocas palabras: por qué una mujer no se le reclama cuando acaricia atrevidamente a un hombre y por qué a un hombre sí; por qué un hombre que tiene muchas mujeres es un “santo” y a una mujer se la tilda de puta por tener más de un compañero íntimo, y cuestiones similares.

El origen de toda esta conducta es debido a una religión, que como aparato de control, formó una sociedad castradora basada en el, el pecado, el temor y la culpa frente a un dios castigador.

La religión cristiana ha sido causante de esta desviación (lo mismo que el islam y otros), pues, para poder ganar adeptos y poder, formó un discurso en contra de las costumbres de otras culturas por considerarlas atentatorias a la fe de dios.

Sociedades como los filisteos, babilonios, egipcios, hindués griegos y romanos (solo para nombrar las más representativos) llevaban una forma de vida basada en el culto a la vida representada en la madre tierra, en la que agradecían sus favores con tributos de índole sexual, a la par que se rendía culto al cuerpo, al placer hedonista como parte de la vida como en el caso de los griegos al rendir tributo al dios Baco. Su arte sibarítico reposaba en grabados, cerámica, esculturas incluyendo en textos como el kamasutra hindú o en los escritos del griego Ovidio que enseñaban el culto al placer corporal y al gozo.

El cristianismo, al ganar poderío por sus agentes corruptos, prohibieron toda esa faceta de cada sociedad qua iban conquistando; en vez de ello, se implantó una cultura de castigo y culpa para alcanzar la “gloria eterna”. No solo que fue castigado el placer erótico, sino otros saberes como la filosofia y la ciencia.

Centrándonos en el eros, el cristianismo culpó a la mujer como la causante de la degeneración de la sociedad, al extremo de considerarla inferior al hombre; además se le exigió la virginidad, como un impedimento de renuncia a sus instintos carnales, so pena de castigo religioso y social así como el de ostentar el titulo de puta.

El hombre también fue víctima de este cambio, ya que al no poder profesar su amor a quien deseaba recurría al masturbación (un pecado castigado) y a la renuncia de sus sentimientos puestos que no eran propios para un hombre (un hombre no debe llorar no siente, etc)

Debido a la privación erótica, esta, al ser mal encaminada, devino en odio frente a otras culturas como la hindú y las tribus descubiertas en el nuevo mundo. Sociedades tribales basadas en un “modo de vida promiscuo”, fueron anuladas por atentar contra la moral y pisoteadas así como sus dioses para ser llamados demonios por la nueva fe.

La consecuencia de este abrupto cambio , por culpa de la religión (no solo cristiana sino cualquiera que es usada como medio de control) es una sociedad castradora, cruel y mojigata. Aquella enfermiza doctrina fue la que implantó el tabú, la pornografía, y demás degeneraciones. Le religión implantó al hombre a ver a la mujer como objeto sin derecho a nada, ni al placer. Solo él tenia derecho a saciar sus instintos. La mujer era vista solo para garantizar su pureza en trances familiares económicos (matrimonio) y para engendrar.!Ay de ella que desee sentir placer o busque a otro hombre que no sea su marido! La mujer se debía al marido en todo sentido como una cosa más, de ahí el machismo, los celos y actitudes brutales.

Por eso una mujer, hasta nuestros días, por más libre que se considere, en el fondo no puede tomar la iniciativa de enamorar a un hombre o tener sexo, por que es vista como puta, mientras que el hombre es incapaz de mostrar sus emociones abiertamente. Por eso el hombre es machista y celoso, pues teme y desconfía que su mujer tome iniciativas en este caso sexuales (¿Quien te enseñó sexo oral? ¿Con quien lo aprendiste? ¡Eres una puta!).

El hombre debe saber que la mujer también tiene derecho a ejercer su libertad personal, respetar los criterios de ella y hacer de lado su estúpido machismo. La mujer debe liberarse de esas cadenas impuestas y ser mas franca con su libertad personal, ser mas franca consigo misma e ignorar el qué dirán..

Sin embargo, para ellas es más difícil. He oído esta dicotomía: ellas desean un encuentro sexual abierto, mas se hallan trabadas, pues dicen que no desean sentirse objetos, es decir que quiere pero no al mismo tiempo.
No olvidemos que la religión, así como los textos sagrados, fueron creados y escritos por los hombres y por tanto tienden a ser exagerados y manipulados para un solo fin: el control. Y eso es lo que ha estado haciendo todo estos siglos, señalando culpas y sembrando miedos en el interior de los temerosos. Hombres y mujeres deben asumir sus roles, ejercer su libertad con responsabilidad y eso es una tarea en verdad difícil.

 

Portón azul




Caminábamos en la madrugada. Yo te custodiaba como era mi costumbre. Y de repente no sentimos frío.

- ¿Por qué no me besas? - me preguntaste, al detenernos frente al portón azul de tú casa.

No te respondí.

- ¡Bésame!

No lo hice. Entonces tus manos empujaron mi pecho contra el portón y adheriste tus labios a los míos. Sentí tu aliento extasiado y tu lengua rebelde. No pude moverme.

Te separaste unos momentos.

- Sé que gusto - murmuraste con tono delirante.

No dije nada. Tu mano derecha resbaló por mi pecho hasta internarse en mi jean, y descubriste, maliciosa, la dura respuesta.

- Lo sabía - frotaste mi miembro aprisionado entre tus dedos, lo suficiente para que se me escapara un gemido

- Te gusto -. Y me volviste a besar.

- Fernanda, no - alcancé a rogar, temblando por la excitación y no dije más. Me miraste con ojos centellantes, endemoniados, y volviste a mis labios.

- ¡Me gustas, me gustas! - susurré jadeante. Y mis manos apretaron tu cuerpo al mío, rozando tu espalda y tus caderas, hasta que una de mis manos se metió en tu jean negro, palpando la humedad apasionada entre tus piernas, y gemiste en cuanto mis dedos jugueteaban en tu interior

- ¡SIIII!- gritaste a mi oído, mientras me frotabas con mas fuerza como lo hacía contigo. De repente no pudiste más. Te agitaste sin control al ritmo de mis dedos, pusiste una mirada en blanco seguida de mi eyaculación y tu sexo contrayéndose en mis dedos.

Arrimaste tu cabeza a mi hombro unos momentos, suspiraste y me diste un beso antes de entrar a tu casa.

Ignoro si volveremos a encontrarnos, si mañana cruzaremos aunque sea una palabra en el trabajo. Lo que importa ahora es volver a mi casa, y llamarle a Andrea para decirle que mi tío Pablo salió bien de la operación.

Monday, December 19, 2005

 

Roles y roles


A lo largo de mi vida me he dado cuenta que todos aquí somos actores de una extraña obra del Gran Morboso. Un guión sin fin en la que a asignado los papeles a cada uno de sus millones de actores.

Como toda obra, los actores se dividen en principales y secundarios. Tengo la sensación de pertenecer a los secundarios. Aunque me duela reconocerlo, me he dado cuenta que jamás he tenido el rol protagónico, al contrario, he tenido que conformarme con el rol secundario.

Así es, he sido el personaje secundario, el segundo de a bordo de cada historia que he presenciado. Las obras han sido las aventuras de Fernando y Croxus y no la revés, y así a sido a lo largo de mi existencia: Edith, y Croxus, Marco y Croxus, Alejandra y Croxus, Andrés y Croxus, Misty y Croxus. Siempre el rol secundario y no el protagónico

Reconozco que hubo un tiempo en que me molestaba mucho por ser el actor secundario, hoy ya no lo es tanto y trato de ver las ventajas: puedo ver las reacciones de los principales sin que afecte mi integridad, o no ser percibido durante una escena crucial.

Me gustaría algún día tener el papel protagónico, no para complacer al Gran Morboso, sino para demostrarme a mí mismo.

 

Pornotrónica



Milton visita el café-net como si se tratara de un prostíbulo. Elige el mejor computador y espera, como el ánimo de una mujer, a que su velocidad sea la más eficaz y no esté en sus “días difíciles”.

Digita las imágenes que quiere ver, las que desearía protagonizar si tuviera con quien: Fotos de sexo, porno de casi todo, pero prefiere las de sexo real, de las que hace la gente común y no las pornostars.

Cerca de su cubículo hay tres tipos que hacen lo mismo, protegidos como él por las divisiones de escritorio para no ser espiados, mientras bajan compulsivamente las fotografías de la red.

La mayoría de los visitantes son solitarios, algunos viejos, otros jóvenes, pero la mayoría obesos, que jamás podrán acceder a los favores de las mujeres. Sus gustos son variados. Algunos prefieren lo clásico, otros el sexo casero, gay, zoofilia, gang-bang, dildo, obesas, incesto, interracial, hay otros que son más viciosos al conseguir fotos con niños, snuff y necrofilia. Todo ello ocurre frente a la presencia del dueño y de los clientes comunes.

Milton prefiere lo casero, y lo hentai, tanto en fotos como en videos, aunque últimamente ha estado incursionando en la movida del tercer sexo.

Nota que el usuario de al lado suyo, se frota la entrepierna. Sólo oye el ruido de la silla mecerse. Milton es más atrevido. Sin recelo se abre la bragueta y saca su pene erecto y frustrado, lo manosea, mientras por el messenger engaña a un tipo de Chile al hacerse pasar por una linda modelo de Santiago, mostrándole una de las fotos obtenidas por la red.

Le sigue el juego.

- ¿Cuándo te asomas?

- Mañana..

- ¿Donde?

- En la estación de los héroes, a las 5pm.

- ¿Que llevarás puesta?

- ¡Lo que tu quieras!

- !!!Quiero follarte duro!!!

- ¡Mmm yo también tengo ganas!

A mas del juego, Milton fantasea con las aventuras que le han contado sus amigos, los encuentros sexuales que jamás tuvo y que nunca los tendrá. Por lo menos no es obeso como sus “camaradas” eso sería lo peor que podría pasarle, pero a diferencia de ellos, es un renegado y no un solitario más como ellos.

Está casi a punto de llegar al clímax. Escribe su reacción con el nick de Kassandra al tipo de Chile.

- ¡Me vengo, me vengo, me vengo agggghhh!

- ¡Yo también!

Y como es costumbre, después del orgasmo a Milton le llega la sensación de desengaño, seguido de una leve migraña. Desganado, con la mano pegajosa de semen, aplasta los teclados y cierra las ventanas.

- ¿Te veo mañana? - Pregunta el chileno

- Mañana a las 3pm en la estación de los héroes. Lleva un paquete de condones y un lubricante para que lo des por atrás.

- Esta bien. ¡Chao, linda!

Milton deja la identidad de Kassandra, cierra todas las ventanas, se arregla el pantalón antes de levantarse y atraviesa el corredor, dejando a sus “camaradas” cada quien con su enferma terapia. Le paga a la señora los 2.50 dólares del polvo virtual y sale a la calle.

Ya son la 7 de la noche. Milton camina a encontrarse con su amiga Camila como lo había ofrecido hace dos horas, tras haber recibido un momento de electrónico placer. Aunque su desencanto le obligue a volver al día siguiente.

 

El problema del rock en Ecuador




El movimiento rockero ha ido evolucionando a nivel mundial, pero en lo referente a nuestro país, no ha sido tan sencillo.

Desgraciadamente la mayoría de adeptos a la hermandad sólo espera que el rock que se produce en nuestro país sea de un solo estilo: heavy, trash, black, death, y ritmos similares además del punk y el hardcore. Nadie, ningún grupo nacional, osa explorar el estilos “suaves” como el soft rock, rock alternativo y techno rock. A nadie se le ocurre tocar como el Tri, Soda Stereo, Prisioneros, Julieta Venegas, Fito Páez, Creed, Live, Bryan Adams, Alanis Morrisette, Devo, Depeche Mode, Cure, solo por mencionar unos cuantos. La razón de no hacerlo es simple: por el miedo al qué dirán.

No digo que esté mal dedicarse al lado duro del rock, sino que un buen rockero debe asimilar todas las facetas del rock y rescatar las más representativas, es decir, que se debe tener una mentalidad abierta para tal o cual estilo; así su criterios será más rico y por ende más poderoso. Como diría un conocido Lord Sith: “Para entender un gran misterio debes estudiarlo en todos los sentidos, no sólo desde el estrecho punto de vista de los Jedis”. En otras palabras, un buen rockero jamás debe encasillarse, caso contrario, terminaría anquilosándose en las garras del dogmatismo.

El rock en nuestro medios debe ser más franco, adentrase a otros estilos sin temor porque el rock es una música con muchos rostros que deben ser reconocidos y respetados.

Monday, December 12, 2005

 

La desigualdad de la igualdad de los géneros (parte I: ¿Quién las entiende?)



Desde la época hippie, allá por los años de 1960, se hablaba de la igualdad de los sexos, de que la mujer debía tener iguales deberes, derechos y oportunidades frente a los hombres. Con esta iniciativa, la sociedad como la conocemos ha ido cambiando (no lo suficiente en algunas partes del mundo, lastimosamente). Es indiscutible que la mujer está recuperando espacios antes negados; sus deberes y derechos están siendo respetados, pero ¿Qué hay de sus libertades, me refiero a su libertades personales?

Este factor es algo que ni las propias mujeres llegan a entender. Por un lado ambicionan el éxito, el respeto de los colegas masculinos, pero también desean ser ellas mismas, ser cortejadas, románticas, ser mujeres.

En nuestro medio latinoamericano, debido a una fuerte represión moral y al machismo, la mujer de nuestro medio aún no asume su rol de mujer en el sentido de expresar su femineidad en el sentido de interrelación personal. Y para muestra cito algunos ejemplos.

Una mujer de nuestro medio jamás llama a su amigo para salir, se le declara al compañero de clase, o seduce a su camarada de trabajo a fornicar, por el miedo al que dirán (una amigo mío dice que las europeas no vacilan para nada y que aquí, hay que hacer trámite de tres meses para tocar la mano de la chica, y le creo)

¿Y que hay con esos accidentes en los cuales un hombre toca a una mujer en sus partes “prohibidas”? Ellas se enojan, hacen aspavientos y hasta golpean al infortunado, pero cuando una mujer toca accidentalmente a un hombre sus partes, no se la responde con lo mismo.

Ellas juzgan algunas de las actitudes de los hombres, pero cuando ellas incurren en las mismas actitudes tienden a desentenderse. Ejemplo: si ven a un hombre que compra y consume hentai (no hablaré de pornografía para hacerlo más blando) es juzgado como un depravado, pero si una mujer lo consume, nadie tiene valor para llamarla pervertida.

Debido al sometimiento de la religión (que hablaré en la segunda parte) la mujer a yacido en plano pasivo, hasta hoy, pues como dije antes no toman iniciativas para con su libertad para con el otro masculino, no llama, no enamora, no seduce, ni incita directamente al la cuestión sexual. No es de extrañar entonces que en nuestro medios exista cierta mojigatería de parte y para: el macho (la diferencia del hombre radica en su sentido común y respeto) que exige casarse con una virgen y la mujer que desea explorar su faceta sexual a escondidas.

 

Fiesta de Hipócritas (Parte Dos: ¡Navidad! ¡Navidad! ¡Maldita navidad!)



Navidad es la festividad más importante en el calendario y a la vez la más hipócrita de todas, cuyos ejes se basan en lo material y aparentar una tosca armonía (la tonta frase “Espíritu navideño” o la jodida “Magia de navidad”)

Vemos en las calles, ya desde principios de mes, a gente preocupada por comprar un buen regalo para sus conocidos, y haciendo preparativos para la famosa cena navideña, endeudándose de puro gusto. Que “el vestido para fulanita”, que “el martillo para el sultanito”, “espero no engordar luego de la cena con pavo”.

Otra escena patética es ver como la gente saca a relucir la bondad sólo por unos días, hasta el 25 de diciembre, mientras yacía empolvada todo el año, fingiendo tener esa cursi magia de navidad, mientras que otra gente (adultos ebrios que mandan a sus hijos) se humilla en la calle para obtener algo de dinero (¡Regale la navidad!)

La navidad es una fiesta inventada. El salvador (si es que existió alguna vez) nació por abril, no en diciembre, y lo que se celebra por las últimas fechas del año es el solsticio del invierno, que consiste en dar gracias a la madre tierra por los últimos frutos obtenidos en la última estación del año.

El viejo Santa Claus fue un invento que un publicista de la Coca-Cola diseñó para dar realce a su producto durante el apogeo navideño, basándose en algunos mitos. Y lo del árbol es otra de las tontas costumbres, compran un pobre ciprés cruelmente arrancado ¿Para qué? para que esté adornado hasta enero y aparezca abandonado con el resto de la basura de comienzos de año. ¡Que cruel costumbre contra la ecología!

Resumiendo: toda esta última temporada esta atiborrada de promociones mercantilistas, para que todos compren todo lo que puedan a fin de quedar bien con el otro, y crear un escenario ridículo de paz inexistente. Porque mientras uno desea feliz navidad, por dentro desearía apuñalar sin misericordia a su prójimo.

Simplemente, la navidad, como el amor, es una mentira mucho más descarada con el infame propósito de llenar los bolsillos de las empresas y explotar los pobres recursos de los ingenuos.

 

El universo es un gran hermano: Dios es un gran morboso

Recuerdo la tarde en que no volví en dos días a mi casa por haber repetido el año por culpa de las malditas matemáticas. Pasé la noche bajo el puente de Conocoto, y a pesar de que estaba solo, sentí que alguien me espiaba, que alguien curioseaba mi situación desesperada de aquellos horribles años y al parecer se divertía con mi infortunio.

Esa experiencia me hizo pensar en que cada uno de nosotros es observado como un gran hermano a escala mundial y que todos somos un programa individual de reallity show siendo observados atentamente por un espectador indolente llamado dios.

Estoy seguro que él, como cualquier telespectador, busca los programas con más alto rating, los personajes más sintonizados para satisfacer su curiosidad así como su morbo.

“Jenny se quedó embarazada ¿Qué le dirá a Galo?”
“Xavier, encuentra un fajo de 100 dólares y no sabe como gastarlos”
“No se pierda hoy a las 23 horas para todo el universo conocido los encuentros más candentes de Ángela, esta vez, ella y su novio tendrán sexo en la furgoneta del vecino en todas las maneras”

Si es cierto que somos observados, creo me consideraría afortunado o talvez relegado al saber que mi programa no llena el interés del gran mirón que gusta presenciar 300 billones de orgasmos cada minuto y no las simples aventuras de un individuo sombrío que jamás ha visto a una mujer por completo desnuda y que gusta de los videojuegos, películas, a la par que debe lidiar con sus deseos de convertirse en escritor.
Debo admitir que como programa televisivo para el gran mirón, ni nivel de audiencia es bajo. Creo que ni a él ni a nadie le interesaría un programa como el mío.

 

Mientras dormias


Ayer en la noche, mientras dormías, me hice una cortadura en mi antebrazo. No es algo de lo que me sienta orgulloso y no sé si lo entiendas; es producto de mis conflictos internos tal vez frustraciones que creí confrontadas. Mis confusiones se entremezclaban con mí sangre, recordándome silencioso de mi destino de permanecer tras mi escudo de por vida y mantenerme asilado. Creo que ese es mi destino. Por lo menos te tengo a ti, y te prometí no volver a herirme. Ahora solo me queda aguardar...

Wednesday, December 07, 2005

 

no digas nada


Estoy yaciendo al filo del final.
No siento mi cuerpo, salvo el frío
después de la batalla,
y tus lágrimas tibias
espoleando mi agonía,
deseando detener lo inevitable

Alcanzo tu mano,
me refugio en tu regazo;
la noche me envuelve,
te veo muy lejana
sin poder detener la pena
que te abruma.


Hice hasta lo último
por estar a tú lado,
en la ventura
y en los días adversos.


Mí corazón se detiene,
me besas por última vez,
el ocaso nos separa
ya debo descansar.

No digas nada
mientras lloro en tus brazos.
No digas nada
mientras escucho tus latidos.
Tan sólo te pido en un murmullo
no me sueltes,
y abrázame.

 

encadenado


Encadenado al rencor,
encadenado a la desesperación
lo suficiente para ser indolente
a todas ellas y a ti.

No intentes comprenderme,
ni romper mi severo escudo
que me resguarda de sus desprecios.
No pretendas ir más allá de mi frontera:
sólo hallarás dolor
y nada más que eso.

This page is powered by Blogger. Isn't yours?