Monday, April 30, 2007

 

CONMEMORACIÓN 28 DE ABRIL

Nota: para mejor resultado de este post léase con el tema volaverunt opus 666 de Mago de Oz y luego escúchela en un sitio muy oscuro y muy sol@.
Para bien o para mal, el 28 de abril es una fecha que es preciso recordar, ya que marcó en mí como una huella de fuego en mi piel. Ahora que logré salir del abismo y de mis ruinas, miro atrás con cierta tristeza mas no con depresión.
Como escribí alguna vez, no busco culpables, ni tampoco me pongo en calidad de víctima, pero es preciso describir en este post lo que sentí en aquellos días.
Calles oscuras, lágrimas descontroladas brotando por todo: la canción insignia, la noche nublada que enterré a una perra muerta por eutanasia (mi hermana la halló en el camino arrollada por un camión, estaba agonizando como yo interiormente, y hubo que sacrificarla), el dolor del vacio en mi pecho, días insoportables, noches interminables, más lagrimas incontrolables.
Principios de anorexia, una herida en mi antebrazo derecho reabierta con mi navaja por ti una noche, la sangre escupiendo a las sábanas. La sensación de que todo se derrumbaba en mi ser. El dolor de sentir que la perdí. También estuvo la ira y los fantasmas que debía confrontar de una vez por todas. El pavor a la soledad por primera vez, mucho más pavorosa que en los tiempos de Marcela (El duelo de Marcela no fue nada). Días de refugio en casa de Sara, curando mis heridas en su cuarto; días de refugio en los brazos de Amy y Edith, días de consuelo al lado de Yukino.
Vencí mis temores cuando llegué al fondo, aún así me hallaba aletargado, eludiendo el día dormido y huyendo cuando soñaba. Cada de vez que dormía era una micro agonía previa a la llegada la libertadora muerte. El precio del exilio, anorexia duplicada.
Intentos fallidos de una tregua. Yukino (la flamante Quinta elegida) cumplió su encomienda pero nada ocurrió. Tuve que ir yo mismo y de Ella oí el par de palabras que por poco me derriban. (y que se borrará más pronto que mí herida en el antebrazo)
Resurgimiento lento. Amy fue en mi defensa por iniciativa, no soportó seguir viéndome acabado. Hizo lo que debió por amistad.
El enfrentamiento final una noche, vencí mis temores y me miré frente a frente. Mi nueva armadura, mi nueva espada, mis alas Negras como la furia, mi verdadero nombre coreando alrededor ¡Croxus! ¡Croxus! ¡Croxus!. ¡El DEMONIO finalmente ha despertado! Tomé las armas que una vez dije a Edith no tenerlas, asumí los conceptos que los había ignorado por tanto tiempo. ¡Sé lo que soy! ¡Sé lo que valgo! Nuevas emociones: furia, ira, orgullo, el paso al lado oscuro fue concluido.
Finalmente hallé mí equilibrio, mi valía y mi paz. Este mundo solo es un escenario temporal, ya nada puedo aprender aquí. El suicidio ya no es un recurso trágico, sino como la antesala de mi libertad. Ya no tengo miedo. Plasmé mis últimos deseos a mis Aliadas y amigos en testamentos. Amy tiene la música para la llegada de es día. Plan temporalmente pospuesto: me reclutaron a cubrir el puesto de artillería en la Estación. Mi última misión, roja como la sangre. No sé si llegue a reanudar mi despedida forzosa, por ahora dejaré que la Fuerza me guíe un tiempo más. Sólo estoy prolongando lo inevitable.
¡Por ahora disfruto los nuevos cambios! Sobre esas ruinas, un demonio se ha erguido, lleno de furia, lleno de Fuerza; primeras victorias, mi pasión compartida una tarde con la Sara, la vampiresa. Primeras arremetidas con mí espada ansiosa de satisfacción, alas negras surcando la noche y mi verdadero hogar. Mi orgullo está por encima de todo.
Ahora que miro atrás, sonrío. Me despojo de mi manto y hago relucir mi armadura, clavo mi espada sobre esos escombros y dejo que mis alas negras salgan de mi espalda. Me siento más vivo como en los primero tiempos. 28 de abril, será un día que se recordará por mucho tiempo. Croxus, el demonio rebelde, se ha vuelto más fuerte.

Monday, April 23, 2007

 

INOCENCIA PERDIDA

Quisiera volver a ese fragmento temporal, cuando todo carecía de malicia, cuando todo tenía ese sentido.

Volver a caminar bajo aquellas tardes sin nubes con brisa tímida, acompañarte a comprar un libro o modelando ese saco que nunca compraste. Las invitaciones a un helado, nuestras figuras reflejadas en ese espejo, un girasol en tus manos. La noche que tomaste mi mano tras jugar a la rayuela, la primera vez que me viste llorar, los primeros secretos que compartimos. Las risotadas a mitad de la calle, mientras los comunes nos tildaban de locos. Aquel primer girasol que tu me diste en medio de la calle. La pizza que ordenamos a domicilio mientras seguíamos viendo anime. Las tardes que me invitabas a tu casa y que cocinaba para ti. Las veces que te desvestías detrás mío para ir las clases de ballet. La tarde que nos desnudamos en Dubai, el tenerte desnuda solo para mi. Tus lágrimas de niña, la complicidad que me brindaste para entregar aquella encomienda de agosto, tus gestos de pequeña golosa, los abrazos al final del día o por cualquier buen motivo.

Quisiera volver a vivir esos momentos llenos de inocencia para mí. (¿A ti no?)

 

En la Estación

Mi labor en la Estación no es tan monótona ni tan sedentaria como se cree.

Llego puntualmente al activar mi tarjeta de acceso y hallo mi sección con todos los monitores y demás equipos prendidos (cuando me toca cubrir el turno especial yo me encargo de encenderlos ¡Me gusta hacerlo! Activar todos los controles como si despertara a un ser artificial)

Clasifico las reportes que se emitieron en la primera y segunda entrega, así como los de segunda importancia; también debo clasificar las imágenes en bruto, editarlas y agregarlas al archivo del sistema, algunas son agradables, otras no tanto.

Cerca de las 10 AM me dirijo al comedor del personal a desayunar. Antes solía estar acompañado por el personal técnico o de dirección, pero por el cambio de horario del alto mando, hoy casi me la paso solo en el comedor, con mi ración de café, sanduche o ensalada de frutas y un vaso de jugo.

Luego del desayuno subo a la sala de control en el segundo nivel a retirar las grabaciones que podrían necesitar la gente de reportaje. Cerca de las 11 vienen los investigadores a pedirme imágenes de respaldo de todo tipo. Debo hacerlo a toda prisa, el tiempo no espera ni ellos trabajos. Generalmente casi todas las imágenes son entregadas a tiempo, otras se las improvisa (como las imágenes del simulacro de boda que conseguí de la sección de hogar) y muy pocas, hablemos de un 0.1%, no son entregadas simplemente porque no hay.

Cerca de las 12 en punto subo de nuevo a la sala de control a activar los equipos de respaldo para la transmisión (como la escena de Luke cuando activa los cañones del halcón milenario para hacerles frente a los cazas TIE) e inspeccionar que las cámaras estén en funcionamiento; no debo demorarme pues los investigadores piden imágenes a ultimo rato o quieren que grabe una transmisión desde el satélite.

Entre las 11 y 12 30 es un gran ajetreo pues los investigadores están con sus reportes y los camarógrafos introducen nuevos datos a la computadora para ser clasificados en cuanto me desocupe de mis deberes en la sala de control

A las 12 15 dejo grabando el señal espía (Sólo una vez olvidé hacerlo y los superiores no se dieron cuenta, tuve suerte) y subo al segundo nivel llevando el par de casettes para la grabación de respaldo de nuestra señal. Me acomodo en mi puesto de artillería listo para la Segunda emisión de las 12 30.

Debo estar atento con los títulos de mi pantalla y los del guión que se nos asigna a mí, al director y el productor 10 minutos antes, ya que de ello depende de que el anchor o presentador no se equivoque la lectura que le voy proyectando. El pulso debe ser preciso, al igual que seguir el ritmo de lectura del presentador. Tal como lo prometí, no he equivocado en mi labor salvo en tres ocasiones, pero por cuestiones de terceros: falla de comunicación con la gente de la segunda región, por ejemplo.

A veces, durante los intervalos viene alguien a que les ayude con una imagen. Dejo la artillería, tengo menos de tres minutos para buscar en la computadora el dato, lo inserto en el archivo específico y corro antes que llegue el siguiente reporte.
Al final de la transmisión bajo a mi sección con los casettes de respaldo y vuelvo a la labor de archivo, clasificando los reportes recién emitidos y los nuevos datos de los camarógrafos, hasta que llegue mi relevo alrededor de las 230 PM.

El tiempo pasa muy rápido, al menos para mí cuando cubro mi turno en la Estación. A veces el ambiente es tranquilo, o movido como aquella vez que se tuvo que cubrir el accidente donde pereció una ministra, la Estación fue un verdadero avispero aquel día y fue mi prueba de fuego durante mi segunda semana de labor. Cada día en la Estación es de hecho impredecible, días calmos, días movidos, pero una cosa es segura, estoy de un lado a otro cuando llega el momento de ir a la artillería.

Al menos mi labor en mi sección de archivo no es tan estresante como la de los investigadores, a veces es tensionante, si, pero controlable. Me gusta ser artillero en un 99%.

Tuesday, April 17, 2007

 

VATICINIO



Llegará el día en que se vacíe mi sangre por completo y me retire de este mal sueño del que ahora yace pisoteado bajo mis botas. Ya no lo necesito, tampoco el sufrimiento. Mi despertar está por encima de la banalidad que te encadena, por eso ahora reniego con más fuerza y destrozo lo que una vez me aprisionaba, junto con lo que una vez creí.

Llegará el día en que se vacíe mi sangre por completo, cuando se cumpla mi profecía.

Monday, April 09, 2007

 

COMPASION ESTÚPIDA

Una de las cosas que me incomoda es oír expresiones de falsa consolación. “Ya te llegará el día” “Cuando la encuentres” “Ya llegará” “Ya la encontrarás” Tales expresiones, a más de sonar hipócritas, no hacen más que acrecentar mi furia.

Imaginen que dices a un paralítico “Ya caminarás” o un ciego “Recobrarás la vista”, cuando lo evidente está ahí. Una cosa es mantener la esperanza, otra la compasión; y la compasión no hace más que humillar al destinatario.

En lo personal, me molesta que la gente tienda a mostrarme su compasión cuando no la necesito. Aquellas palabras suenan falsas a mis oídos como si intentaran burlarse de mí, ¡Y de mí nadie se burla!

¡Soy lo que soy! ¡Sé quien soy y cuánto valgo! ¡NO NECESITO LA COMPASIÓN DE NADIE!

Tuesday, April 03, 2007

 

Nilith: La Sexta Aliada

La conocí una tarde de marzo, como si la conociera desde hace siglos. No tardamos en entendernos y en darnos cuenta que poseemos rasgos similares. Somos rebeldes, hijos de las sombras, sibaritas, demonios a nuestro modo.

Me di cuenta que debo aprender mucho de ella y ella de mí, ambos buscamos lo mismo.

Pauly se ganó mi confianza en una sola tarde, y mi afecto se agranda conforme el tiempo me permite verla.

Por ello, tras largas deliberaciones, y por voluntad de la Fuerza, Yo Croxus, le otorgo a Pauly el estatus de Amiga Elite, y en adelante será conocida como Nilith: La Sexta Elegida, con todas las responsabilidades y privilegios que a su condición le corresponde.

Si llegas a leer esto, Nilith: La Fuerza actúa de forma muy extraña; fue bueno que nos hayamos encontrado. Tienes mi aprecio y mi cariño. Estaré del otro lado de la frontera aguardando.

 

ATANDO CABOS

Ahora que ha transcurrido el tiempo suficiente para haber superado mis temores y reencontrarme realmente, ahora que las heridas se han cerrado, quedando sólo una marca recordatoria, puedo decir que hallé mi equilibrio (ya han pasado 7 meses desde mí quinta revolución). Me siento más ligero, mucho más fuerte y arrogante, momento propicio para atar los cabos.

No busco ni señalo culpables, tampoco quiero hacer rodar cabezas. Sólo expondré las debidas aclaraciones a quien deba hacerlas. No soy víctima, tampoco aspiro a ser héroe, lo que hice y dije, lo hice siguiendo los dictámenes de mis ideales (y de la Fuerza)... y porque una vez lo sentí.

Ato los cabos con quienes deba hacerlo mientras permanezca aquí (Visiones de mi retirada se hacen constantes, no tengo miedo, ni tampoco me siento trágico), porque es mejor decirlas, antes que quede solo en una infinita conjetura.

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