Monday, February 20, 2006

 

Paradoja



Justo en este momento,
en estos segundos pienso:

Cuántas parejas han surgido,
cuántas de ellas se están besando
y otras unen sus cuerpo en un motel,
o en la sala de sus casas;
cuántas de ellas comenten infidelidad
o cuántas vírgenes dejan de serlo.

Cuántos amantes hacen el 69, el contranatura, felación, cunnilingus y toda esa parafernalia,
Cuántas de mis amigas están llegando al orgasmo justo ahora.
Cuántas mujeres ponen el condón a sus hombres.

Justo en este momento pienso
si estarás haciendo el amor con él,
en tanto yo estoy aquí:
simple anónimo ignorado
de pie en ninguna parte
con el vil autoestupro.

 

Disyuntiva: ¿Es dignidad o estupidez?




¿Es dignidad o estupidez? Cada vez que Julio pasa por el prostíbulo le incomoda. La enorme fachada, las chicas que entran a laborar, la manada de autos que atiborran el parqueadero, y sus luces que parpadean en la noche, no hacen mas que hacerle un silencioso llamado “Ven y Diviértete”

Julio jamás ha sido remilgoso. Solía frecuentar esos sitios para ver el show de steeptese, pero no a consumir carne. No tiene sentido acostarse con alguien a quien jamás has visto y mucho menos por dinero. Además que él lo ha visto como un último recurso.

Allí sólo van en su mayoría solitarios, quienes tienen que pagar por un servicio elemental. Es un camino fácil, como las drogas y el alcohol. A veces Julio no los culpa y comprende el sentimiento de ser relegado.

Pero siente que debería hacerlo. Desquitar toda su frustración con una desconocida. Follarla pensando que es ella, la instigadora de sus miles masturbaciones. Retirar su saciado falo forrado en un condón, y lanzar los 10 dólares con un agrio gracias. Pero no tiene valor.

Su situación es compleja. No piensa como un virgen mojigato “Llegará la indicada” pues es algo tonto (30 años de soledad) pero tampoco se decide a buscar una puta, porque simplemente no es lo suyo.

“Ven y diviértete”

“Ven y diviértete”

“Ven y diviértete” Es un llamado que hostiga su cerebro cuando pasa por ahí. ¿Es dignidad o estupidez? Es algo que no lo sabrá.

 

Engaño enclaustrado



Te esperaba en esa habitación de motel, recostado sobre la cama matrimonial, indiferente a la televisión de cable, tratando de distraerme con el canal para adultos hasta que llegaras... y no lo hiciste.

Nuevamente te burlaste de mi. Yo como un estúpido te creí, cuando me llamaste al celular.

- Quiero hacerlo otra vez, toda la tarde, sólo contigo.

Yo también lo deseaba, no por placer, sino para confrontar de nuevo mis dudas. Busqué el mejor sitio para nuestro encuentro: el Motel Gaviota (que me recomendó una amiga)

- Ahí estaré- me ofreciste.

Llegué al motel. El encargado me miró extrañado.

- Cliente es cliente – murmuró y me dio la llave. Cuarto 6.

Las horas pasaron. El canal para adultos no dejaba de provocarme. No pude más con la paciencia y te llamé al celular.

- ¿Dónde estás?

- En mi casa.

- Pero, te estoy esperando.

-Sigue esperando. No voy a ir, y no me jodas.

Enmudecí. Eché un vistazo a la pantalla pornográfica, aquellos protagonistas disfrutaban copulando. Cerré los ojos. Mis oídos se aguzaron, captando los bramidos de placer de los cuartos contiguos. Gozando. Todos gozando menos yo.

Abrí los ojos. Me tumbé a la cama y me masturbé con fuerza como nunca antes hasta alcanzar el puto clímax de la eyaculación.

Los gritos de los amantes cercanos y de la televisión siguieron persiguiéndome. Una descomunal ira me advino, grité rabioso y desbaraté mí celular contra la pared pintada de rojo.

Me faltó el aliento, y pese a ello salí del lugar. El exterior me resultó agobiante. Lo único que quería en ese momento era volver a mi casa, a mi cuarto, meterme a mi cama y dormir...

A duras penas, y tras cortarme la yugular... ¡Lo conseguí!

Tuesday, February 14, 2006

 

Estar sin ti







Estar sin ti
es una agonía cruel,
día sin luz,
girasol marchito

Es revivir lo que fue
nuestro tiempo,
nuestros besos,
recuerdos que no pueden devolverte.

Estar sin ti
es reconstruir tu silueta invisible
en mi cuerpo y las palabras extasiadas
que dejaste la última vez.

Estar sin ti
es una agonía cruel,
un dolor que me empuja
al vacío.

 

Cachitos


Mi fascinación por las mujeres con el pelo recogido en cachitos comenzó cuando estuve en el jardín de niños. En esa época (cuando no sabía mi nombre, hasta que mi maestra me lo hizo repetir 10 veces), había una niñita pelirroja que se sentaba cinco puestos delante de mí. Era la primera vez que veía a alguien con ese color de cabello, en especial con sus cachitos juguetones, a quien prefería mirarla que jugar con mis compañeros.

Jamás olvidaré a esa niña de cabello rojizo de cachitos que solía jugar en la resbaladera con sus compañeritas. Ella, la que una vez compartió la mitad de su manzana al ver que yo no tenía nada que comer durante el recreo, y quien tomó mi mano y me besó la mejilla antes de volver al aula.

Quizá ese sea el motivo por la que me enternece ( y me excita) ver a una chica con cachitos. Le da un aire de inocencia y erotismo. Una de mis fantasías ha sido besar a una chica de cachitos e inclusive hacerle el amor... No puedo evitar mi fascinación por esta manía mía. Talvez porque en ellas trato de ver a la gentil niña pelirroja a quien quería en secreto.

 

14 de febrero es sólo un día más




El 14 de febrero es quizá, luego de la navidad, el día más insoportable del calendario, dado que es un día enteramente mercantilista y nada más.

Al igual que navidad (léase navidad, maldita navidad) es una festividad con las mismas connotaciones hipócritas ¿Dedicar un día para el amor? Es caer en el más burdo comportamiento.

Rosas, peluches, tarjetas, entre otros, son recursos por demás elaborados y mercantilísticamente cursis, para demostrar a la otra persona su amor y caer en la idiota visión del romanticismo forzado.

14 de febrero es una fecha donde más peleas de parejas se ven a lo largo de sus incómodas 24 horas, donde más se forza una situación, o donde se termina la relación.

Más que el día del amor debería ser el día de la cursilería mercantil porque los que salen ganando son los comerciantes o también el día del motelazo, ya que es de los pocos días en que todos los moteles de la ciudad están saturados por parejas afortunadas, que tienen quien y cómo divertirse (en la mañana oí a una chica decir a su novio que saldría de una caja vestida de rojo bailándole sensualmente).

Sea si el amor existe o no (léase que es esa cosa llamada amor) no debería dedicarse un solo día, sino todos los días hasta que el cuerpo aguante y no caer en el juego del mercantilismo e hipocresía tal como la navidad.

En fin los que tienen pareja sabrán cómo divertirse y los que no, tendrán que aguantarse a como de lugar.

Monday, February 06, 2006

 

Mis 5 hábitos

Ya que Kodama me retó, les guste o no, aquí van los cinco puntos de otra..., ¡ah sorry! Digo mis cinco hábitos:

1.- Colocar el audífono del teléfono en la oreja izquierda. Así sea mí celular. Es una costumbre que ni yo mismo me lo explico.

2.- Desayunar en la cama. Generalmente suelo comer solo. Cuando estoy en casa como en mi cuarto solito, debido a que no me llevo con mi padre, únicamente voy al comedor cuando está mi mamá y mi hermana. Además, no hay nada más placentero que desayunar en la cama oyendo un poco de rock y viendo algo interesante en la TV, si es que hay.

3.- M-terapia. Suelo hacerlo después del desayuno o en algún rato del día, depende de mí humor. No lo hago por placer, sino por rutina.

4.- Decir “!Qué aniñado!” tiene varios significados. Dependiendo de la situación puede ser tanto halago como peyorativo. Últimamente estoy acuñando mi frase patentada “!Agasájate!”

5.- Escuchar rock. Al despertarme, al llegar a casa en todo momento y estado anímico. El rock es uno de los pocos placeres que le da sentido a mi vida.

 

Tócame sólo como tú sabes hacerlo
en esta noche lluviosa,
sin miedo,
Sin culpa.

Hazme sentir
que estoy en ti
en tus labios
en tú piel

Resguárdame en tu calor
de la indiferencia,
Llevándome al éxtasis
con tus besos
y el aliento de tus murmullos.

Mírame a los ojos mientras soy parte de ti
bajo la lluvia oscura
mientras Alcanzas el clímax,
bramando tu nombre en mi nervios.

 

Acero


Maldigo mi tonto sentido de lealtad.
Colmillo de Acero
quiere jugar conmigo.
Desea mi sangre, desea mis vísceras,
tiene hambre de dolor,
le urge herirme,
purificarme de esta suciedad,
y no puedo, no puedo ¡No puedo!

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