Friday, December 08, 2017

 

VOLVIENDO

Hay que sacar ventaja de toda situación, incluso de la desventaja misma. ¿Qué quiero decir con eso? Admito que he dejado este espacio en desuso un muy buen tiempo. No tengo una razón precisa para explicar el por qué deje de escribir por aquí, tal vez hastío o tal vez que una voz me lo dijo, no lo sé; pero de esta situación he sacado una ventaja, de los pocos, poquísimos lectores que contaba, se han ido, todos a excepción de mi única lectora.

Esta situación, en vez de ser “lamentable” se volvió positiva, en el hecho de que al no carecer de lectores (a excepción de Yukino) puedo ser más franco y más libre al momento de escribir. Sí, al no tener seguidores, me da carta blanca para decir lo que me plazca por aquí, porque no tengo que explicar lo que pienso, ni soportar las adulaciones de la gente que ni siquiera conozco así como las que conocí y solo resultaron en decepciones.

¿Por dónde voy a empezar ahora? ¿Qué nuevas historias pienso poner por aquí?  Creo que los temas surgirán sobre la marcha mientras retomo el hábito, como una máquina que estuvo en paro por mucho tiempo y que está sacudiendo los engranes repletos de óxido.

Solo sé que sigo vivo, al menos por ahora. Y para ser sincero ¡Qué bien me siento al saber que no hay nadie por aquí! Si fuera un salón vacío gritaría de alegría. Estoy solo aquí y me alegro.

No sé si me sigas leyendo, mi joven lectora, solo quiero que sepas que eres la única a quien me importa tu opinión y la única testigo de lo que hago por aquí.  

Me siento libre en este lugar. Ahora debo aprovechar esta nueva etapa.


¡BANZAI!

Friday, December 01, 2017

 

¿Qué mismo es el triunfo?

Ayer vi una muy buena película llamada el Fundador, que trata sobre cómo la cadena Mc Donalds logró posicionarse en el mercado de la comida rápida. No voy a abordar los asuntos contra la ecología y similares anomalías que posee esta gran empresa, sino el cómo un local anónimo logró convertirse en un imperio en el ámbito alimenticio.
Tampoco voy a exponer un resumen minucioso, tan solo lo más relevante: un vendedor de batidoras descubre el restaurante de los hermanos Mc Donald, quienes diseñaron un sistema óptimo de servicio al cliente. Mientras otros restaurantes de comida rápida se demoraban minutos en preparar una orden, hasta el extremo de entregar al cliente el pedido equivocado, el restaurante de los hermanos Mc Donald lo hacía en un tiempo muy rápido y con una atención eficiente. El vendedor de batidoras, maravillado por esa innovación, convence a los hermanos Mc Donald de formar una sociedad y fundar una franquicia. En poco tiempo, tras varias fuertes discusiones, aquel vendedor de batidoras tomó para sí el negocio de aquellos hermanos, el nombre de la marca y el diseño del restaurante (los famosos arcos amarillos) de un modo para nada ético, hasta llegar al punto de ganar los derechos de la marca y condenar a los hermanos Mc Donald a la pobreza y al olvido.

Muchos hemos oído las gloriosas, por así decirlo, historias de emprendimiento, de gente que de la nada convirtió una iniciativa en un rotundo éxito, pero, ¿Hasta dónde son ciertas y hasta dónde son dignas de ser admiradas?
El caso Mc Donald es uno de los tantos que conserva la historia. Muy pocos saben que Alexander Graham Bell nunca creó el teléfono, sino que robó el invento de un ingenuo bienintencionado, logrando patentar la creación antes que sea tarde. Edison robó algunos diseños de Tesla. Walt Disney nunca creó al ratón Mickey, sino que lo compró a un dibujante para convertirlo en baluarte de su imperio sin contar que era un explotador y machista. Bob Kane nunca creó a Batman, fue otro dibujante, Bill Finger, quien lo perfeccionó hasta convertirlo en un referente de DC comics apropiándose injustamente (y por mucho tiempo) de los derechos sobre el personaje. Lo mismo de Stan Lee, que si bien es autor de unos pocos héroes, logró adueñarse de todos los personajes de Marvel sin un justo reconocimiento de sus colaboradores. El mismo George Lucas tiene para hablar. El conocido episodio IV no sería lo que es porque su esposa de ese entonces (Marcia Lucas) fue la encargada de la edición, ya que el primer metraje fue un entero desastre, pero que luego del éxito, nunca fue reconocida como tal. Bill Gates, creador de Microsoft, Mark Zuckerberg creador de Facebook, Julian Asange fundador de Wikileaks también tienen también sus respetivos lados oscuros. Hasta existen casos más frívolos como el de Vince Mc Mahon, dueño de la WWE, cuyos colaboradores cercanos aseguran que Vince brinda un trato muy duro a sus luchadores, al punto de no contar con un seguro médico que los proteja de lesiones.  

  
El punto es: ¿Hasta dónde las historias y discursos de emprendimiento son aplicables? ¿Cuántos traseros hay que patear para conseguir el tan ansiado éxito? ¿A cuántas personas se deben traicionar para triunfar?

No tengo nada en contra con los ejemplos y anécdotas de emprendimiento, pero tal parece que la traición, el hacer zancadilla y boicotear al otro es un común denominador para tener éxito en todos los aspectos de la vida, y a las pruebas que tiene la historia, el otro lado de la historia, me remito.

Yo mismo he sido testigo de ese tipo eventos desagradables, de gente inescrupulosa y prepotente que llegó a tener puestos que no merecen, solo por tener más influencia que por méritos, mientras que gente responsable, eficiente, pero por sobretodo íntegra no es reconocida, al grado de ser apartada peor que paria.

Insisto, no tengo nada nada en contra con los ejemplos y anécdotas de emprendimiento. Existen historias en verdad inspiradoras que invitan a la motivación, pocas que en verdad son dignas de imitar, entre este sendero de impredecibles situaciones llamado vida.

Creo que esta película, al menos a mí me dejó un claro mensaje: Si tienes una idea, JAMÁS la compartas, hazla crecer por ti mismo y desconfía de todo.


Si alguien tiene respuestas a mis preguntas antes citadas, espero saberlas. Sin más que añadir, El Fundador es una esas películas que te da mucho para pensar. Se los recomiendo. No solo de DC y Marvel vive el cinéfilo J

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