Wednesday, April 28, 2010

 

Cuarto Aniversario (A-28)

Y bien, ha llegado otro aniversario, de uno y otro modo debe ser recordado, al menos en mi calendario personal.

Así es mis querid@s lector@s. Han pasado cuatro años de aquella noche en que perecí, por intentar creer en esas cuestiones emocionales, lo que conllevó a mi caída y posteriormente en mi resurrección interna.

Lo último de mi “humanidad” murió esa noche y los días posteriores, que parecieron años, estuve al filo de la agonía, la más amarga incertidumbre que uno puede percibir, en la que tuve dos opciones: enfrentar mis sombras o perecer sin honor. Inexplicablemente, lo digo porque ni yo mismo lo sé, volví aquí venciendo mis sombras. El ser de esa noche desapareció para luego surgir otro tras mi despertar Demoníaco.

Ha partir de ese momento me convertí en otro, en mí mismo ¿y saben que? Me agrada.

Amy me dijo la semana pasada que debería olvidar ese evento y dejarlo atrás, pero no es así de sencillo. Uno no puede olvidar Hiroshima, los campos de tortura Nazis, o el 9-11 por citar unos ejemplos. Se puede olvidar a los protagonistas, pero no los eventos. En mi caso es lo mismo: puedo olvidar a la “protagonista”, pero no el suceso; y es ese suceso que recuerdo cada año desde entonces. Por que, como lo mencioné antes, aquella fecha hace mención a mi viaje temporal a través de la muerte y mi posterior despertar Demoníaco.
Y como ya es tradición, dejaré un girasol cerca de la campana, donde yace mi tumba imaginaria, y honraré al caído con mi Himno Personal (“Velaverunt – Opus 666”)

Lo positivo de aquel evento fue que me envió a confrontarme a mí mismo, y como lo repetí vencí, hasta volver del letargo convertido en otro. Por eso me siento orgulloso de ser lo que soy ahora.

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Tuesday, April 27, 2010

 

Echándose la pera

Sabes, hoy me vino a la memoria, de una de las fugas más memorables cuando estuve en “Vietnam”.

Recuerdo que cursaba el tercer año en la secundaria, finalizaba el segundo trimestre, hasta esa fecha promediaba un 4 sobre 20 en las malditas matemáticas, y para variar, no traje, o mejor dicho, no hice el maldito deber de la susodicha materia.

Sabiendo muy bien las consecuencias de lo que me ocurriría en el futuro, desvié mi ruta del colegio, abordé el bus para bajarme el centro de Quito, en donde me dirigí al cine Bolívar, donde descaradamente puse en la boletería los 500 sucres para la entrada a la función doble de Volver al Futuro I y II.

Como era costumbre mía, me coloqué en el medio de la sala para ver mejor y me quedé desde las dos de la tarde hasta las siete de la noche, ya que en ese tiempo la función era continua y podías quedarte hasta la última función. En total me vi tres veces cada película en un total de seis veces. Cuando mi reloj marcó las siete, me levanté de la butaca y salí de la sala, caminando hacia la antigua parada de la Marín que en ese tiempo y a esa hora no era tan peligrosa como lo es hoy. Antes de subir al bus, me compré una funda de salchi-papas en un local donde te servían como ahijado; los comí tranquilo como si de mi última cena se tratase y luego me embarqué al bus hacia la casa.

Han pasado 20 años de uno de los pocos buenos recuerdos que tengo de ese antro de corrupción y conformismo llamado colegio o Vietnam; y te soy sincero: no me arrepiento de haberme fugado como se dice comúnmente por ahí: “haberse echado la pera”.



Tuesday, April 13, 2010

 

Ensimismada

Ella seguía mirando absorta sentada desde el columpio.

La tarde se había extinguido y la noche se llevó a los últimos niños que habían jugado en la resbaladera.

Se encontraba sola dejándose mecer por el viento, cual efigie olvidada, tratando de aferrarse al tiempo transcurrido.

Había olvidado las horas en las que yacía en aquel mismo sitio donde recibió su primer beso, una tarde en que las nubes flotaban perezosas en un cielo rojo. Recordó también que justo en ese mismo columpio, le habían declarado su amor dos meses antes de la graduación. Tales momentos le resultaban ahora tan lejanos, como si se trataran de esporádicos sueños.

En su interior, ella seguía preguntándose si hizo bien en amarlo, sabiendo lo que ocurriría como una profecía ya confirmada. Aún así retó el vaticinio, esperanzada en revertirlo, mas no lo consiguió. El viaje a Francia le aguardaba, y la joven sabía que si él subía a ese avión jamás regresaría, y si acaso volviera, ya no la encontraría.

- Si abordas ese avión, nunca volverás verme – le dijo la tarde en que hicieron el amor por última vez. Él no respondió, desperdició la última oportunidad de quedarse con ella. La mujer lo miró en una mezcla de pena y decepción, se levantó de la cama vistiéndose rápido y tomó su bolso verde.

- Buen viaje, entonces – salió del cuarto, azotando la puerta.

Sentada desde el columpio, la mujer miró tristemente las nacientes estrellas. No se arrepintió de no haber ido al aeropuerto a despedirlo en la mañana, en vez de ello vagó por los lugares que solían ir, hasta terminar el recorrido en el parque. Consultó su reloj, ya era tarde. Se levantó del columpio, tomó su bolso verde y llamó a un taxi; ya no se encontraba con ganas para seguir caminando.

Al llegar a casa su madre le preguntó - ¿Alcanzaste a despedirlo? ¿Estás bien?

Ella forzó una sonrisa.

- Sí... Estoy bien – mintió y corrió a su cuarto.

Wednesday, April 07, 2010

 

Sobre los caminos

Te habrás dado cuenta de lo tan contradictorios que pueden llegar a ser los humanos, a la hora de tomar una decisión o elegir un camino por decirlo de otro modo.

Tal vez sea por masoquismo, por miedo, por condicionamiento o por falta de carácter, la mayoría de ellos tienden a tomar la vía más errada, y lo peor es que lo toman aún sabiendo los peligros que implican.

Un ejemplo: caminas por la ciudad para ir a un sitio X y para llegar hay dos sendas, una de ella es muy peligrosa donde pululan maleantes que podrían matarte sin remordimiento, y la otra senda en cambio es más segura para transitar. Por lógica, si quieres llegar seguro a tu destino tomarás la vía segura. Eso es lo que no hace la mayoría, es decir, sabiendo que el camino es peligroso la gente lo toma, pasan horribles experiencias, todo por no saber tomar una decisión apropiada y por no oír los consejos de quienes tienen una mejor perspectiva de la situación..

Algunos dicen que lo hacen por experimentar. En mi opinión es un pretexto irresponsable. Si sabes que tal acción no es correcta, o tal decisión te traerá dolor y problemas, entonces ¿Para qué tomarla?. Si alguien te aconseja de los riesgos de un camino equivocado es porque te valora y no desea verte en predicamentos. No tiene sentido exponer innecesariamente tú integridad por algo que no te ayudará a trascender. Y si yerras el camino, debes tener la suficiente hidalguía para reconocerlo y no volver a equivocarte.



 

Reconocimiento



Incluso los Demonios más fuertes necesitan del consejo de los Demonios más sabios, así como de los más jóvenes.


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