Saturday, March 22, 2014
Erupción
Vi el cielo
cubrirse de repente de humo y estruendos. Desde lejos veo al volcán
despertarse, arrojando desde su asfixiante cumbre rocas incandescentes, cayendo
sobre la cuidad como gigantescas gotas de llamas. Los edificios caen fácilmente
destruidos nadie logra sobrevivir. Soy inmune a tal catástrofe, las llamaradas rebotan
sobre mi escudo personal que cubre mi cuerpo, y como es costumbre Dios ha
abandonado a sus creaciones a su inevitable destino.
Sobre los reality-shows
La forma de
crear formatos televisivos en esta parte del mundo va de mal en peor. No solo
la audiencia tiene que soportar las telenovelas extranjeras de tercera y los programas mediocres de humor
nacionales, sino otro golpe a los sentidos como son los realitys shows.
Como se sabe,
este formato surgió a mediados de los 90 y trata de situaciones supuestamente
reales en las que están enfrascadas personas comunes, sin preparación
artística; es decir que carece de actuación aunque sí de un hilo conductor.
Este formato, a su vez, se divide en realitys vivenciales por así decirlo y de
concurso. El segundo es quizá el que más “interés” está teniendo en los medios
televisivos. Algunos, a modo de resumen,
tratan de buscar talento entre gente, dándoles una oportunidad de que lo
demuestre, sorteando los sarcasmos del jurado y explotando la tragedia interna
de los participantes. Otra manera similar trata de dos equipos entre hombres y mujeres,
atractivos en su mayoría y sin nada de cerebro también en su mayoría que
concursan entre sí, dando preponderancia a los supuestos conflictos entre los
participantes.
Como se mencionó
antes el formato de reality-concurso es el peor formato y desgraciadamente el
que más acogida tiene. Se explotan en demasía los conflictos internos y se
denigra la dignidad de quienes están frente a las cámaras. Todo rasgo negativo
aflora en ese tipo de programas, creando mal ejemplo a los espectadores, en
especial a los más jóvenes, implantándoles una falsa visión de la realidad,
donde la vida radica en un materialismo tosco.
Lastimosamente dicho formato tiene
acogida en la tele-audiencia, como consecuencia de una domesticación masiva de
los medios. Gran parte de esta audiencia, embrutecida consume esto tipo de
productos, sin tener la capacidad de cuestionar, a la par que estos formatos
son la manera más fácil para que un medio televisivo haga dinero, es un cruel y
desagradable hecho