Tuesday, February 26, 2008

 

Historias Repetidas

A veces la historia tiende a repetirse con otras personas. Aquellos pasajes de nuestras vidas superadas o no, vuelven a reaparecer en otros con iguales características y con distintas consecuencias. Mismas historias, diferentes personajes. ¿Es una constante o es que el Gran Morboso no tiene originalidad en sus guiones para sus actores?

Algunos eventos de mi vida y otras cercanas les he visto reflejadas en otros protagonistas, como un dejavu, “¿Dónde he visto esto antes?” “Esa historia me es familiar”. ¿Y sabes algo? La verdad es que no desearía que pases por algunas de mis adversidades.

¿Recuerdas lo que te dije una vez sobre romper los círculos? Pues si, ese es uno de los objetivos de nuestras vidas: cambiar nuestras historias, evitando caer en los mismos atolladeros que cayeron nuestros antecesores. A eso me refiero con romper los círculos, alterar este guión y no cometer los equívocos del pasado, porque te digo que no tiene sentido pisar el mismo camino escabroso que otros antes que tu.

Por eso trato de prevenirte de lo que podría o no suceder, y se requiere de mucha sabiduría para aceptar un consejo y afrontar las consecuencias por no haberlo tomado, y no es fácil porque requiere años para entenderlo tras tantas caídas, pero mientras más pronto lo aprendas es mejor, porque te evitarás de peripecias innecesarias.

Cono te lo habré mencionado en otra ocasión, sea la decisión que tomes, tienes mi lealtad sin cuestionarte, y mientras siga aquí seguiré guiándote. Es mi función como Aliado y como Demonio.

 

ESCÉPTIC@

A lo largo de mi vida he dejado de creer.

No creo en los comerciales que mienten un mundo feliz.
No creo en mi padre.
No creo en los políticos.
No creo en el presidente de turno.
No creo en las respuestas predecibles.
No creo en las promesas rotas.
No creo en un Salvador.
No creo en TI.
No creo en el pecado.
No creo en rostros hipócritas.
No creo en el Gran Morboso y sus designios.
No creo los refranes que no se aplican.
No creo en el amor típico.
No creo en la historia oficial.
No creo en las sectas.
No creo en la revolución torpe.
No creo en los contras.
No creo en la sociedad indolente
No creo en la religión
No creo en el Internet.
No creo en las instituciones.
No creo en las fiestas por calendario impuestas.
No creo en los finales felices.
No creo en tu compasión.

No creo...



Tuesday, February 19, 2008

 

Premio






La semana pasada, en el blog de Olivia, ella hizo una especie de certamen para galardonar las los cinco blogs más originales de la comunidad, y uno de los cinco mejores recayó en mi persona y en mi humilde blog que escribo cada semana. Por tanto, y como le ofrecí a ella, lo hago público en mi espacio para compartirla con tod@s ustedes.










Me inicié en el blog hace como dos años y medio, por una invitación de Kodama. En un comienzo me pareció raro escribir en la web, pero luego se convirtió en un hábito del cual no me puedo desligar. Mis comienzos fueron lago tímidos dado por la coyuntura interna por la andaba atravesando, pero ahora escribo más desenvuelto. Escribo lo que debo escribir, según lo que siento y según mi inspiración.

Este blog ha sido un compañero en este tiempo, testigo de mis conflictos y cambios; algunas historias son parte de mí y otras producto de mi fantasía; eso sí, cada una acompañada con la ilustración apropiada para cada una de ellas.

Así pues, ante estas previas palabras, acepto este singular premio. Agradezco a los que me han leído en este tiempo, a los que han puesto sus comentarios, que han sido mi referente en mi peculiar vicio de escribir, y también a los que no han tenido valor de hacerlo.

Dedico este premio a los que me conocen, a mis seis mejores amigas (mis queridas Aliadas) y a mis asidu@s lector@s. No duden seguiré escribiendo con más ahínco en este espacio, hasta que el cuerpo Aguante.

A tod@s ustedes: ¡GRACIAS!

¡BANZAI!

 

Prensa Rosa

La prensa rosa es un estilo del periodismo que se encarga de cubrir los sucesos en el ámbito de la farándula o espectáculo. Sin desmerecerlo, es el estilo más alienante y simplista de todos los estilos, ya que su contenido, en su mayoría irresponsablemente manejado, tiende a caer en escándalos sin sentido.

En nuestro medio, dicho fenómeno no se queda atrás. Que si fulanito se acostó con fulanita; que si menganito golpeó a un admirador en una discoteca; que si menganita subió unos kilos o sultanito compró un buscador de oro. ¿A quién diantres le importa? Lo peor de todo es que la farándula mal manejada como mencioné, es hábil en el creación de escándalos y muchos de ellos generan más escándalos como una reacción en cadena: fulano ataca, mengano contraataca y fulano rebate, etc. Otro punto es que la prensa rosa es muy entrometida en los asuntos de los “famosos”: que tal fue hallado en un motel de la ciudad con tal y siendo casado. ¡Es su vida por favor! ¡Si tiene una amante sabrá el o ella, como lo resuelve! Pero los medios visuales, radiales y gráficos quieren tener la exclusiva como aves de rapiña y es más, como dice el refrán “Hacen leña del árbol caído” creando la polémica de las partes afectadas.

“Es que la gente quiere saber” es la excusa que los reporteros rosa dicen, pero una cosa es informar un acontecimiento, no entrometerse en la privacidad de un artista sin su permiso.
La gente de prensa rosa se defiende “ Es que de esto vivimos” “Si no traemos la exclusiva perdemos el empleo”. Estos no son justificativos suficientes. Informar no significa invadir la privacidad, ese es el problema de la Prensa Rosa: no distingue lo público de lo privado.

Nota: ¿Han notado que quienes conducen o laboran en farándula son en su mayoría mujeres y gays? No es que sea malo, pero no vemos a lo medios poner a una mujer en temas de política, ni mucho menos a un gay en temas policiales ¿Acaso no es eso una discriminación de índole de género?

 

Cuando los ideales se venden

Recuerdo que cuando estuve en Vietnam, una de mis actividades que me daban aliciente era hacer la tarea escuchando la música de radio. En ese entonces habían frecuencias relativamente buenas que me acompañaban en cuando hacía tediosa tarea (sobre todo la maldita álgebra) o cuando sentía ganas de escuchar buena música (ya saben cual).

Hoy por hoy, estas pocas emisoras, otrora rescatables y tímidamente vanguardistas se extinguieron y terminaron por ser una simple emisora más. Radio la Bruja, Hot 106, Centro, Sonoroma se vendieron por los ritmos de “moda” los que terminan en erreo, chata y ton. La verdad no creo mucho en el target (término que se usa en marketing para referirse al cliente) ni en la excusa de ciertos propietarios “Es que eso vende”. Si eso vende ¿Por qué nos engañaron y se engañaron con eso de romper los esquemas y de ser un referente para la juventud? ¿Por qué no fueron sinceros desde un inicio? Sólo les importó el dinero y las ganancias que deja esa artesanía (arte fácil), SE VENDIERON, y eso es decepcionante.

Cosa similar ocurrió con MTV, ¿Recuerdan? En un comienzo este programa de videos musicales, que luego se convirtió en cadena, fue creada por jóvenes idealistas de ese entonces, cansados de que los anquilosados de siempre no les dejaran transmitir un novedoso formato de los años 80 como fue los videos musicales. Hasta 1999 fue la mejor cadena de videos con un programación original, queriendo ser pobremente imitada por la cadena de segunda HTV, pero a partir del 2000, MTV se vendió al lado comercial y vulgar. Consecuencia: se dio prioridad a los ritmos de “moda”, los videos de dichos ritmos de “moda” se tornaron vulgares y sin estética al igual que su programación, toda una pantomima para caricaturizar a una juventud que los medios oficiales quieren que sean (ingenuos, consumistas, gente sin criterio)

El MTV, como las radios antes citadas, se vendieron como una ramera, y como lo repito es una gran decepción.

El día que vendas tus ideales, será el fin y el comienzo de la esclavitud.

Pd: Una pregunta ¿Será que a la larga todos tenemos un precio?





Wednesday, February 13, 2008

 

Sobre el Tránsito (Razones por las que me niego estar frente a un volante)

Podrían decirme que soy facilista o cómodo, pero detesto conducir un automóvil. Por más que haya puesto una vez empeño por intentarlo, simplemente lo detesto. Como la paternidad, no está dentro de mis planes el manejar, ni mucho menos el de tener un automóvil.


Para que entiendan mejor (y te rías un poco) expondré mis razones.

1) Desorientación: Cuando estoy frente al volante, me siento cual Ryoga (personaje de la serie Ranma y medio), es decir que automáticamente pierdo el sentido de orientación. Como transeúnte me da igual la dirección para ir a mi destino, pero en un auto, eso sí que no, pues tienes que reconocer que vía tiene un sentido o doble, por donde no doblar a la derecha o izquierda, no curvar en U, por donde hay curvas peligrosas (y no me refiero a las curvas de Edith), donde hay que estacionar y donde no; a que distancia hay un puente o un zumba-burros (chapas acostados, vamos, esos montículos de asfalto en la que debes disminuir la velocidad, ¡Ah si! se llaman rompe-velocidades) UFF! En pocas me pierdo en la ruta a tomar, así como mi falta de visión para las señales de tránsito.

2) Falta de sensibilidad: Tiene que ver en parte con la desorientación, pues frente al volante el rango de visión disminuye estorbado por el horizonte de metal del cacharro, al igual que todos sus costados. Así me cuesta mucho calcular las distancias para virar o para dejar el espacio entre carro y carro, y ya saben que soy pésimo para los cálculos numéricos, pues según sé los virajes debe ser en 90 grados y el espacio que se debe dejar entre carro y carro es de medio metro, o sea que para lo bien que me cae el mal nacido de Baldor y compañía.

3) Leyes de tránsito: Es bien conocido que nuestro país tiene el índice de accidentes de tránsito más alto de toda Latinoamérica (Somos segundo o tercero. Da igual, pero somos), lo cual nos pone en el vergonzoso título de país inseguro en lo referente al tránsito. Solo vean las noticias de crónica encebolladezcas, televisión o el conocido diario que chorrea sangre. Así que ¿Con qué garantía puede uno manejar con gente irresponsable que irrespeta las señales de tránsito, “abuseros” o no “abuseros” ya que hasta los mismos policías y autoridades públicas las ignoran? En otro países, de primer orden, las leyes de tránsito son estrictas y a rajatabla, y nadie osa en cometer una infracción por las altas multas a pagar y por no perder el puntaje de sus licencias, lo que conllevaría a la imposibilidad de conducir temporalmente o de por vida. Esto tiene como consecuencia que los accidentes sean nulos en un alto porcentaje, ya que las ocasionadas por fenómenos climáticos no son causa de infracción. Lastimosamente aquí, la iniciativa de endurecer las leyes de tránsito se ven truncadas por intereses de mal llamado sindicato de transportistas, por su mentalidad obtusa y por valorar más el dinero que la seguridad de pasajeros, transeúntes y conductores en general.

4) Impericia: Retomando los dos puntos anteriores, tanto mi sentido de orientación como mi sensibilidad se pierden como pavo en semana santa, lo que se traduce en maniobras tan temerarias que hasta el 007 se queda mudo, a la hora de jugar carreras en el Play Station. O sea, si en el Play Station me pego LAS MATADAS, no se diga en el mundo real, donde tuve dos chances de salvarme por un pelo de rana calva.

Concluyendo: Por eso, para evitar cometer tremendas salvajadas, prefiero otras alternativas: caminar, ir en bus o que otros manejen por mí. Yo no pienso estar frente a un volante ni aunque me paguen. He dicho.

 

Viviendo Bajo Una Sombra

No hace mucho, el grupo de Rock Nightwish anunció a su nueva vocalista tras el despido de Tarja Turunen, quien fuera la voz insignia del grupo finlandés. Anette Olson, la nueva vocalista, no solo tendrá que demostrar su talento que logre equiparar a su predecesora, sino de convencer al público del por qué la banda la eligió para ocupar tan importante lugar. La responsabilidad es enorme, igual que la presión.

¿Esto qué tiene que ver? Se preguntarán. Pues que sencillamente nos habrá ocurrido algo similar es decir, cuando hemos tenido el doloroso deber de reemplazar a alguien que nos ha acompañado por tanto tiempo, o cuando hemos ocupado el sitio de quien fue reemplazado por la voluntad de la Fuerza.

La presión es de parte y parte, y más todavía si los implicados no aclaran los puntos desde el comienzo. Por un lado el que efectúa el reemplazo pide mucho del nuevo integrante, al extremo de exigirle que se parezca exactamente a su predecesor y es objeto de frecuentes críticas, “Es que tal cocinaba así”, o “tal operaba así”, y “ tal redactaba así”. Y por otro lado el reemplazante siente el peso de la misión o puesto encomendado, y se esfuerza por hacerlo bien, pero si no es capaz de rebatir tales críticas, tiende a entonces a vivir bajo la sombra de su predecesor, y por tanto su esencia se pierde, lo mismo que las causas que lo motivaron a pertenecer a tal o cual circunstancia.

Estas presiones ocurren a todo nivel: laboral, amistad, de pareja, etc.

El que reemplaza debe tener muy cuenta que su escogid@ es únic@ y que jamás podrá ser idéntic@ en pensamientos y acciones de su predecesor, y que su talento, por tanto, hará lo posible por satisfacer los requerimientos de cualquier empresa, laboral, amistosa, sentimental, etc. Así que es inútil formular criticas de comparación pues eso desmedra al reemplazante, y los proyectos se truncan o desaparecen. El reemplazante en cambio debe tener presente que, como entidad única, no debe caer en vivir bajo la sombra de su anterior ocupante, sino demostrar su valía tal cual es. Se puede tomar como referente al predecesor, pero no significa que deba ser una copia exacta del mismo.

En definitiva, el respeto mutuo es vital al igual que una adecuada comunicación de ambas partes.

 

Documental Alienígeno

ADVERTENCIA

El siguiente documental fue realizado encubierto a riesgo de ser sorprendidos los investigadores quienes participaron durante el transcurso de este trabajo. Las imágenes, así como las expresiones son de fuerte contenido no apto para menores de edad. La crudeza del contenido justifica el objetivo de este documental que es el de sensibilizar a los espectadores.

Los kinguilianos nos hemos caracterizado, o mas bien dicho jactado de ser una de las civilizaciones más avanzadas a lo largo y ancho de la galaxia conocida. Con una cultura y una tecnología avanzada, suficiente para que cada uno de nosotros lo apliquemos bajo las directrices de la equidad y el respeto, deberíamos ser una especie digna de ser llamada civilizada, pero no es así.

El estatus que nos auto impusimos, como una especie superior, nos ha enceguecido y transformado en seres déspotas y caprichosos, con ansias de ridículo poder y la verdad es que estamos lejos del ideal que muchos de nuestros más grandes filósofos propugnaban en sus respectivos tiempos.

Nuestra sociedad es cruel y bestial, disfrazada de civilizada y amparada en los vacíos legales que deja la justicia, lo suficiente para ser comprada con dinero u otros poderes. La corrupción lo permite y pesa más que la ley...

Nuestro investigador encubierto se embarcó en una nave espacial ilegal de cacería, disfrazada como nave de carga minera y con su cámara escondida registró lo que con palabras sería por demás difícil describir. Presten atención.

(Siseo de la cámara. Se ve ya cercano el planeta destino)

- ¿Este es?

- Si señor – responde el que parece ser un miembro de la tripulación –. El planeta Tierra. Seguro que encontrará lo que tanto busca por el precio que pagó.

- Dicen que los testículos de humanos, son excelentes afrodisíacos – ríe torpe el comprador-, pero no creo que la demás gente venga por lo mismo.

- Descuide, amigo. Muchos de ellos han pagado caro como usted, pero por razones distintas. Aquel grupo que ve, pertenece a un consorcio farmacéutico interesado en los ojos humanos; ese otro son carniceros de un hotel especializado en riñones humanos a la plancha, un plato muy costoso; aquellos son de una industria muy interesada en el aceite de esos animales y esos de más allá son cazadores deportivos. Estaremos en órbita del planeta en 300 nilkems (una hora terrestre)

CORTE.
En otra escena la cámara del investigador capta los preparativos para la cacería. Todos preparan sus armas y suben a las lanzaderas del hangar. Los cuatro vehículos atraviesan la atmósfera terrestre, temporalmente se separan y buscan las presas. La nave en la que va el investigador halla una colonia de humanos que huyen despavoridos al ver la nave. Esta vuela bajo y de sus escotillas salen escupidas redes de acero y arpones reforzados con púas. El primera remesa de humanos es arreada a la bodega de carga. La acción se repite tres veces más.

En poco tiempo, todas las lanzaderas regresan a la nave espacial. Cada grupo traslada su botín a las bodegas procesadoras a punta de porras eléctricas, rasgándoles sus ropas y parte de sus pieles.

El investigador acompaña al tripulante con quien hablara anteriormente.

- Quiere el producto fresco, ¿Cierto?

- Desde luego.

El tripulante abre la puerta de la bodega procesadora dos.

- Después de usted.

Las luces se encienden y la cámara enfoca al grupo de humanos que vio capturar. Están asustados. No hace falta entender su rústico lenguaje, en sus caras se insinúa el temor.

- Escoja.

La cámara registra la nerviosa mano del investigador disfrazado de cliente, y escoge un macho la azar. Una par de tripulantes lo toman a la fuerza entre gritos, lo desnudan y lo patean logrando debilitarlo. Uno de ellos lo sujeta con unas sogas, su compañero alista el cuchillo y cercena el miembro masculino; un chorro de sangre mancha el suelo y las ropas de los tripulantes, los gritos del hombre son horribles. Los dos carniceros dejan a la presa desangrarse, empaquetan los testículos y se lo entregan al capataz y éste a al investigador.

- Frescos, como usted lo pidió.

- Sí – afirma el falso cliente, escondiendo su gesto asqueado.

De pronto llegan los carniceros del hotel y hablan con el capataz. Sus presas capturadas no son suficientes para ellos y negocian un precio. El capataz acepta el trato con una condición: “Queremos intervenir en la faena”.

El carnicero-jefe le entrega el dinero y todos los presentes, menos el falso cliente participa de la bestial faena.

Los carniceros atrapan al primer humano que ven. Sin prisa introducen sus cuchillos y dejan que sus vísceras resbalen al suelo, lo dejan retorcerse como si lo disfrutaran, hasta que se deciden y buscan los preciados riñones. Mientras tanto, dos tripulantes juegan con una hembra, tras rasgar sus ropas, le ensartan sus macanas por su genital, en medio el ultraje uno de ellos le arranca el brazo y luego la decapita.

La matanza sigue, algunos se divierten como si aquellos fueran sus juguetes. Los azotan los degüellan, los patean, les sacan los ojos y la piel entre horrorizados gritos y cuerpos palpitantes; todo el piso metálico es un gran charco rojo.

Antes de salir, el investigador pregunta:

- ¿Si la caza de humanos está prohibida, por qué no hacen la labor más breve?

- ¿Y por qué habremos de hacerlo? – replica el capataz.

- ¿No se da cuenta que sufren?

- Sólo son animales. Además, nadie tiene que saberlo, mientras haya a quien sobornar.

La cámara culta deja de filmar.

CORTE.

Como han podido ver, la mayoría de nuestros congéneres no dejan de ser mas que unos brutales asesinos. A las presentes y nuevas generaciones les recordamos, que toda especie viva no debe ser vejada por un puñado de dinero, por snobismo o ridículas creencias afrodisíacas. Detengan esta matanza. Los humanos, al igual que otras criaturas, son seres vivos. Demostremos que somos concientes de la vida que nos rodea.

Moraleja a los Terrícolas: Si creen que la cacería de humanos es un acto cruel, miren lo que hacen con las especies que cohabitan con ustedes, y reflexionen, si es que se hacen llamar seres pensantes.

Thursday, February 07, 2008

 

Llamada Inesperada

En algún libro leí una vez que uno de los tantos placeres que poseemos es el de recibir una llamada telefónica, y coincido con ello.

Estás con la mente ocupada en tus asuntos, cuando de pronto suena el teléfono o el celular, y te alegras cuando reconoces una voz que creíste temporalmente perdida.

“Hola como estás” “Disculpa que no haya llamado” “Te extraño”. Es una alegría indescriptible cuando aquella persona llama tras meses de ausencia, y se torna en una sorpresa bien recibida; aquellos minutos sirven para ponerse al día de lo que nos ha ocurrido, mencionando sólo los titulares de las andanzas mutuas junto con un brevísimo resumen, ya que no es lo mismo una charla telefónica que una cara a cara, y con la promesa de tratarlos más a fondo en una cita futura.

Una llamada telefónica de tales descripciones alegra el momento y se siente bien al saber que no nos han olvidado.




 

Multitud (y un poco de individualismo)

Dentro de la gama de mis características demoníacas, describiré lo referente a mi aversión a la multitud.

Soy un demonio que detesta las multitudes, los espacios atiborrados de gente. No me gusta ir en grupo, en especial con personas que no conozco o que no me impresionan. Y no es por timidez ni nada por el estilo, es simplemente por precautelar mi seguridad interna.

Caras vemos, intenciones no sabemos. En un escrito anterior (si se molestan en buscar) mencioné sobre las amistades y de que no la otorgo así de sencillo, lo cual me evita pasar por situaciones decepcionantes. Me he vuelto cauto en ese aspecto y así me he mantenido.

Volviendo con la multitud. Tanta gente reunida, tanto barullo no impiden que active mi escudo de protección, me mantengo en estado de alerta, tanto para aceptar nuevas propuestas amigables como para una acción evasiva. En la mayoría de veces tiendo a aislarme y dejar que la muchedumbre siga su predecible curso. Esta actitud la sigo llevando hasta hoy, pero hace años atrás, antes de la Quinta Revolución, no podía evitar cierta molestia interna conmigo mismo.

Ejemplo:

En la reunión de bloggers de noviembre de 2005, estuve presente debido a una petición de Kodama de acompañarla. Debo confesar que me sentí incómodo, ya que ninguno de los presentes logró impresionarme. Sin embargo, como carezco de celos y de sentimientos posesivos, dejé que Kodama se explayara en aquel ambiente, sin incomodarla ni hacer aquellas escenitas que no van con migo (ejemplo: “¿Ya nos vamos?” “¿Qué haces?” “Quiero irme” y todo lo demás) ella se divirtió mientras yo no hice más que aislarme de ese escenario. La razón fue simple: ninguno de los reunidos me impresionaron y tampoco se dieron las condiciones favorables, y bien saben que no es nada bueno forzar una situación. Este proceder he aplicado con el resto de mis Aliadas, esto es: gentío que no me impresiona, activo mis defensas y no incomodo a la Aliada de turno ni a nadie. A ellas les consta (a TI de consta).

Cosa igual ocurre cuando tengo que alternar con algún grupo. Si no ocurre algo, tengo solo dos: opciones irme o quedarme. No obstante como repito, antes de la Quinta Revolución cuando aplicaba mis leyes, sobre todo esta, no podía evitar sentirme mal conmigo mismo, como explicarlo, como una inconformidad no con la situación, sino contra mí mismo.

Con la llegada de la Quinta Revolución, muchas cosas cambiaron y otras se reafirmaron, ese malestar interno desapareció y por tanto el conflicto perdió importancia. Todas mis acciones parten de mi equilibrio producto de esos cambios, analizo lo que siento en ese rato, lo confronto y lo acepto y mi interior se siente bien.

Dos ejemplos:

Cuando una amiga me invitó a compartir una semana seminarios en la Facultad, tuve la oportunidad de conocer nueva gente. La situación se dio y pude charlar sin dificultad con algunos compañeros y algunas chicas (algunas potenciales candidatas al Círculo de Aliadas), mis defensas bajaron un poco y todo se desenvolvió de modo muy agradable.

El viernes pasado ocurrió lo contrario. Fui con Edith al Bar de unos amigos mutuos, ella y yo charlábamos en una de las mesas, cuando vino un conocido de ella. Automáticamente, viendo que el sujeto de me impresionaba, activé mi escudo y me introvertí en mis pensamientos. Dejé que la charla de ellos siguiera su cauce y que Edith, muy acostumbrada a ser el centro de atención, disfrutara del momento. Una vez más, como carezco de celos y sentimientos posesivos, no me conflictué y las cosas siguieron por sí solas.

En resumen, apliqué mis leyes, no incomodé a nadie. La única diferencia entre los ejemplos antes y después de la Quinta Revolución es que, con mi equilibrio descubierto, la sensación de malestar ya no existe, y por tanto la sensación de bienestar interna prevalece.

Cosa muy contraria sería si finjo interés o simulo atención, eso sería una hipocresía. Por tanto sigo mis instintos: si se da la situación de entendimiento bienvenido, si no, es mejor no forzarlo.

Por tanto la multitud es algo que seguirá siendo mí aversión. Soy individualista, y me gusta serlo.

This page is powered by Blogger. Isn't yours?