Crónicas de mi Lado Oscuro

Hace tiempo que mi historia aquí terminó… No tengo un camino, un motivo por el qué seguir al menos ya no en el entorno “normal”.

Cada vez me cuesta fingir cuando me preguntan acerca de mi estado y tengo que responder un “bien” a regañadientes.

Ya no pertenezco aquí, y lo que es peor… ya no soy importante en aquellos. Estoy siendo olvidado como un mito lejano con todo y esas ironías crueles. Nadie necesita más de mí, sin embargo todavía sigo aquí, eso me tiene hastiado.

¿Por qué esa bala no salió para  acabar con todo de una vez? Claro que di pelea y una mínima parte de mi ansiaba la salida de ese proyectil, porque tenía muy poco que perder.

¡Maldita sea, por qué sigo aquí! Deseo que mi final llegue y pronto. Nada me ata. No figuro en ninguna de los espacios que me conocen, y nadie me recordará cuando ya no esté…

Tras los incidentes en Nueva York al luchar junto con los Avengers, Tony Stark se muestra perturbado, ya que casi pierde la vida, por ello desarrolla un sistema prototipo de sensores para poder manejar su armadura sin exponer su cuerpo.

En otra parte del mundo, un nuevo enemigo surge sembrando el terror, conocido como el Mandarín, líder supremo del grupo de los 10 Anillos, quien lanza su feroz ataque para alterar la seguridad mundial.

De la mano  del científico Aldrich Killian, que se unió al Mandarín para vengarse de Stark, ejecuta el experimento: EXTREMIS, un suero inventado por Killian, que además de tener la función de regenerar el cuerpo, lo hace 5 veces más resistente a ataques con armas de poder medio. Con este suero crea un ejército de soldados que invaden la residencia de Stark, secuestran a su amada Pepper, roban las últimas armaduras diseñadas por Tony y destruyen su hogar.

Tony Stark sobrevive al ataque al usar su armadura activada por sensores, volando y descendiendo en algún bosque rodeado de nieve. Para su suerte es encontrado por Bruce Banner quien lo lleva a su cabaña, donde montó un pequeño laboratorio para hacer sus investigaciones, alejado de todo. Mientras le ayuda a reparar el traje, Banner escucha sus miedos a raíz del incidente de Nueva York. Stark tiene miedo a morir. Banner le dice que todos morimos en algún momento, pero si las acciones que cometemos son las más nobles, la gente los reconocerá como inmortales.

Mientras tanto, el Mandarín, usando las armaduras robadas, invade la Casa Blanca y secuestran al Presidente, ofreciendo luego un ultimátum a nivel mundial a todos los gobiernos de rendirse ante él, o caso contrario, sufrir las consecuencias. Idol Patriot (War machine), manejado por el coronel Rodes intenta impedir el secuestro, pero fue en vano. Logra escapar a duras penas hasta que recibe un débil llamado de Stark y le pide q se reúna con él en la cabaña lejana de Banner.

Con las armaduras de Iron man y War machine reparadas, parten al refugio donde se esconde el Mandarín, lo descubren gracias a la señal que poseen los trajes, y se halla en las afueras de un puerto abandonado.

Killian pide ir a enfrentarse a Stark, pero el Mandarín se lo impide. “Ya has hecho lo suficiente, no me eres más útil” y lo mata a sangre fría.

Las 20 armaduras robadas, piloteadas por hombres con el suero EXTREMIS salen a enfrentarse a Iron Man y War Machine. La pelea es dura y dramática. Mientras War machine se enfrenta con las últimas 3 unidades robadas, Stark entra al refugio donde se encuentra con el Mandarín. Le dice que se vengará por haber matado a su mejor lugarteniente y haber aniquilado a parte del grupo de los 10 anillos. También le amenaza que el Presidente y Pepper están dentro de una cápsula en una plataforma petrolera mar adentro y que será mejor que se rinda, sino quiere q los arroje al océano a control remoto donde morirán aplastados por la presión submarina.

Stark, enceguecido, corre el riesgo y se enfrenta el Mandarín, pero no contó con que él se haya inoculado el suero EXTEMIS. El enemigo ataca con toda facilidad a Iron Man. War machine acude a ayudar, pero es puesto fuera de combate. Stark logra empujar al Mandarín a un enorme generador de energía eléctrica donde muere por una fuerte descarga. Con su último agónico movimiento, el Mandarín activa el control remoto de su cinturón, y la cápsula, donde están el Presidente y Pepper Potts cae al mar.

Iron Man y War Machine vuelan a toda velocidad a la plataforma abandonada y se zambullen presurosos para atrapar la cápsula y logrando salir del mar a duras penas, con los rehenes rescatados.

Con el Presidente ya liberado, y la paz reestablecida, Pepper le confiesa a Tony que ya no puede soportar la tensión de estar a su lado y la angustia de saber si sobrevivirá a otro ataque o no. Continuará siendo su asistente de trabajo, pero de ahí nada más.

El Presidente condecora en la Casa Blanca a Iron Man y War Machine por su valor. Todos los medios transmiten la ovación. El público aclama a los héroes, pero dentro de la armadura Tony Stark se halla abatido, y recuerda lo que le dijo a Pepper la última vez que se vieron: “Para la gente soy Iron Man, para ti sólo soy Tony Stark”.

FIN

Déjame hacerte el amor tan despacio

Que se desprendan tus ropas

al ritmo de mis dedos

y a tus suspiros atrevidos.

Deja el bochorno y las dudas fuera de la puerta

que este breve rincón sea nuestro Edén temporal.

Toca el cielo conmigo con cada espasmo de tu piel

déjame explorarte sin mesura.

Tus contornos se vuelven secretos a mis manos,

a mis labios, a mis deseos por entregarte

cada momento de placer

con cada rítmico desplazamiento.

Libérate y siente volar entre luces difusas

recibe el clímax unida a mí.

Soy tuyo, solamente tuyo.

Tómame y no me sueltes,

eres por quien tanto he esperado tanto.

Déjame hacerte el amor

tan despacio e intenso

que podrás alcanzar las estrellas

en parpadeos lumínicos,

abrazada a mí.

La lluvia caía sin contemplación, sin dar un atisbo de luz en el cielo oscuro.

Pese al frío y a las gotas que invadieron toda su ropa, el hombre seguía de pie, esperando a su amiga secreta, como acordaron en la mañana.

En el bolsillo de su chompa, yacía escondida una flor ya maltratada por la tormenta, esperando igualmente silenciosa la llegada de la mujer.

La esquina seguía desierta solo interrumpida por la lluvia. No le importó el frío. Por ella podría esperar un par de horas más… un par de horas más.

En los audífonos de su mp3 escuchaba la canción de ellos, la canción secreta, incitadora de pactos y complicidades solamente de ellos, de un hombre y una mujer que dejaron de lado sus miedos y aceptaron descubrirse.

Entendía los miedos de la mujer y los riesgos, pero estaba decidido; porque, en alguna parte de su ser, una voz le decía que se habían visto antes, entro tiempo, en otra dimensión, y habían pactado volver a verse. Y finalmente ese día llegó.

Los miedos de ella eran comprensibles, pero retadores. Hace tiempo que él deshizo los suyos, porque aprendió a ser sincero con sus sentimientos.

-          Te quiero, aquí estoy – le dijo a ella, la noche anterior -. Te estaré esperando en el lugar de siempre, no tardes.

Transcurrió una hora más. La lluvia seguía su monótona sinfonía al rebotar contra la acera.

La canción de ellos se detuvo en el reproductor mp3. El hombre acomodó su chompa empapada, resignado, pero a los pocos pasos oyó su nombre atravesando las gotas.

-          ¡Espera!

La mujer de largos y hermosos cabellos se acercó corriendo; su gabardina color habano cubría su bella figura de bailarina.

-          Sí… Sí quiero ¡Te quiero! -. Un par de lágrimas de alegría salieron de la dama y lo abrazó.

Ellos se besaron, dejando atrás las miradas y la lluvia.

(Y  fueron a buscar un refugio para expresar su amor esa noche. El inicio de muchas).