Friday, June 07, 2013

 

Más y más (Esperándote, cariño mío)

La lluvia caía sin contemplación, sin dar un atisbo de luz en el cielo oscuro.

Pese al frío y a las gotas que invadieron toda su ropa, el hombre seguía de pie, esperando a su amiga secreta, como acordaron en la mañana.

En el bolsillo de su chompa, yacía escondida una flor ya maltratada por la tormenta, esperando igualmente silenciosa la llegada de la mujer.

-          Ella vendrá – dijo él, por enésima vez -. Ella vendrá.

La esquina seguía desierta solo interrumpida por la lluvia. No le importó el frío. Por ella podría esperar un par de horas más… un par de horas más.

En los audífonos de su mp3 escuchaba la canción de ellos, la canción secreta, incitadora de pactos y complicidades solamente de ellos, de un hombre y una mujer que dejaron de lado sus miedos y aceptaron descubrirse.

-          “Y más, si te acercas un poquito más me meterás en ti”. El estribillo se adhirió al corazón del hombre, y estaba seguro que a ella igual.

-          Vendrá, ella vendrá.

Entendía los miedos de la mujer y los riesgos, pero estaba decidido; porque, en alguna parte de su ser, una voz le decía que se habían visto antes, entro tiempo, en otra dimensión, y habían pactado volver a verse. Y finalmente ese día llegó.

Los miedos de ella eran comprensibles, pero retadores. Hace tiempo que él deshizo los suyos, porque aprendió a ser sincero con sus sentimientos.

-          Te quiero, aquí estoy – le dijo a ella, la noche anterior -. Te estaré esperando en el lugar de siempre, no tardes.

Transcurrió una hora más. La lluvia seguía su monótona sinfonía al rebotar contra la acera.

La canción de ellos se detuvo en el reproductor mp3. El hombre acomodó su chompa empapada, resignado, pero a los pocos pasos oyó su nombre atravesando las gotas.

-          ¡Espera!

La mujer de largos y hermosos cabellos se acercó corriendo; su gabardina color habano cubría su bella figura de bailarina.

-          Sí… Sí quiero ¡Te quiero! -. Un par de lágrimas de alegría salieron de la dama y lo abrazó.
Ellos se besaron, dejando atrás las miradas y la lluvia.

(Y  fueron a buscar un refugio para expresar su amor esa noche. El inicio de muchas).




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