Saturday, January 19, 2013
Juventud y el sistema
El sistema en el
que vivimos es tan hipócrita como contradictorio, añadiendo que todo lo que
toca es mercancía y dinero, algo así como un Midas mórbido. La juventud es uno
de ellos.
Ser joven del
punto de vista mercantilista, es sinónimo de irresponsabilidad con cierta dosis
de torpeza, basta con mirar la publicidad en televisión y en revisitas, donde
se los describe como seres carentes de criterio que solo sirven para farras,
moda y sexo, en la que se los usa para vender artefactos y servicios.
Como lo mencioné
antes, el sistema es contradictorio en muchos sentidos, uno de ellos en lo
laboral. Las empresas buscan personal con experiencia, se niegan a contratar a
jóvenes recién graduados, independientemente de qué universidad estudiaron o si
obtuvieron buenas notas, porque les falta experiencia; y si las tienen tampoco
les contratan porque ya no tienen la edad productiva, en otras palabras: porque
ya no son jóvenes.
Por otra parte
esta esa norma de competitividad impuesta por el sistema, una competitividad
nada justa basada en boicotear al rival de turno y llegar al objetivo a
cualquier precio, entre la intriga y los favores sexuales. Y esto conlleva a
ingresar al ya conocido camino de la rutina, y la juventud se marcha más
rápido.
La juventud no
es una mercancía a disposición de una corporación, es un estado y una virtud
que merece ser conservada, no solo a nivel físico, sino mental y se la conserva
manteniendo los ideales y la actitud.