Crónicas de mi Lado Oscuro

“La verdad siempre sale a la luz”, dice el proverbio, y la información obtenida de Assange a través de su red Wikileak, es prueba de ello.

Conspiraciones de Estados Unidos a naciones que van en su contra, masacres a civiles en Irak y Afganistán, y demás escándalos similares solo demuestran algo: la inexistencia de la “libertad de expresión”.

Es que hablar de libertad de expresión, con las irrefutables pruebas que posee Wikileaks es hablar solo de algo inexistente. ¿Por qué ningún periódico mencionó tales atrocidades del ejército norteamericano en Irak? ¿Por qué CNN o las grandes cadenas de medios informativos se quedaron mudos ante esta y otras barbaries? La razón es simple, pero ya demostrada gracias a Assange: Los dueños de los medios son unos pocos y hacen lo que creen SEGÚN SUS INTERESES.

Al ser la libertad de expresión entonces esbirro del poder político, ya no ostenta el membrete de “cuarto poder” sino que se convierte en una herramienta para difamar y ocultar información; porque, si el cuarto poder fuese ejercido como tal, no le importaría mostrar los hechos, sin temor de quien o quienes caigan con ellos.

¿Qué más Revelaciones nos deparará Wikileaks? Sólo se sabe que esto es la punta del iceberg de algo más grande y oscuro, mientras que la libertad de expresión, hasta que no se depure se convertirá simplemente en eso: en una fábula barata.