Friday, January 08, 2010
Frialdad

- No debiste hacerlo - dijo él.
- ¿Por qué no? - inquirió la mujer.
- Tú lo sabes.
- No lo sé - rebatió ella.
El Demonio la miró indiferente.
- Crees sentir algo por mí, pero sólo es una ilusión pasajera.
- Yo siento algo por ti - la mujer tomó su mano que se puso fría con la llegada de un minúsculo ventarrón.
- Lo que sientes por mí es solamente una sombra, una lejana idea.
- No lo entiendes.
- ¡No, tú no lo entiendes! - replicó el Demonio -. Tú esperas algo inexistente de mi... Haré de cuenta que tu acto no ocurrió, pero si vuelves a insistir, me veré obligado a seguir mis normas, así sea llegar a una eliminación.
- ¿No sientes nada por mí? - preguntó por última vez.
El Demonio se marchó en silencio.