Crónicas de mi Lado Oscuro

Si bien en el último cuestionario que respondí concretamente en siguiente la pregunta que transcribo y fue:

“16.- ¿Qué se ha robado?: Un Cd de Nigthwish de mi compañera de trabajo. Mí único alegato es que fue en un acto de venganza.”

Me vino a la cabeza de otro objeto que me robé y justamente fue una botella de ron.

Sé muy bien que dirás: “Croxus no bebe nada de alcohol”, eso es cierto, pero antes de que saques conclusiones, déjame contarte cómo ocurrió.

Era el año 2003. un compañero de la facultad me invitó mí y a otros compañeros a su boda algo tardía, pues, como dicen los mexicanos: “Se comió la torta antes del recreo”, así que la novia tenía como cuatro meses de embarazo; eso no viene al caso, pero continuemos.

Luego de la ceremonia, todos los invitados fuimos a la recepción donde mis compañeros y yo ocupamos una mesa, debo decir que una de las compañeras que compartíamos se veía bien puesta con su mini y muy coqueta con un compañero, en lo que más tarde devendría en un encontrón muy candente, eso tampoco viene al caso. Prosigo.

Como yo no soy bueno para estar en fiestas, llámese bodas, bautizos, bailes solidarios, quermeses, quinceañeras y/o similares, estuve toda la noche sentado aburrido sin hacer nada, cuando noté frente a mi en el centro de la mesa, aquella botella de ron erguida y silenciosa, seduciendo a los bebedores para que la abran y caigan en el marasmo que solo produce semejante licor.

Confieso que fue más travesura que por osadía, casi al finalizar la fiesta, los camareros estaban retirando la vajilla de la comilona así como las botellas de ron no abiertas, y antes que se acercaran, mi veloz mano se apoderó de la botella, secuestrándola dentro de un bolso de cuero que llevé, ojo bolso explorador tipo Indiana Jones, no seas mal pensada. El camarero me preguntó sobre la botella, yo le dije que ya se la habían llevado, el pobre tipo buscó y buscó en las cajas ya almacenadas y volvió a preguntar, a lo que respondí lo mismo, así que salí rápidamente entre los últimos invitados llevándome conmigo el inusual botín.

Te preguntarás que hice después, bueno, el lunes que fui a clase llevé la botella de ron a pasear por toda la facultad, no sabía que hacer con ella; tomármela, ni fregando pues detesto el licor y lo sabes. Casi al finalizar la jornada, en encontré con un amigo y le conté lo de la boda, en eso saqué el objeto hurtado y le dije.

- Si quieres tómalo, sé que la darás buen uso.

- Gracias – él con expresión contenta y desapareció corriendo a cumplir su sometido.

Bueno, eso fue lo que ocurrió con la dichosa botella, digamos que ese fue el segundo objeto que he robado en toma mi vida.