Crónicas de mi Lado Oscuro

Yo sé muy bien que me lees, que urdes lo que público aquí en busca de “defectos”, que te sirvan de evidencia para proferir acusaciones distorsionadas sobre mí.

He escuchado que cuestionas mis acciones, que te irrita predicar mi amistad con mujeres a mi modo, otorgándosela a quien se lo merece, independientemente de su edad. Por tu cabeza pasan intenciones que ni siquiera yo las he considerado, además de una falsa impresión que tú has creado de mi; ya que, desde tu limitada perspectiva, me ves como alguien nocivo, un “demonio” que busca saciarse ultrajando féminas y poseyendo sus almas. Qué patética lectura tienes de mi, hasta me da risa.

Aclaremos algo, si, soy un Demonio, pero a mi no me interesa seducir carnalmente a nadie del sexo opuesto, ya que soy fiel a mis principios y valoro la amistad por sobre todo; tampoco me interesa poseer almas, sino liberarlas de sí mismas, de sus miedos y dudas.

Lo irónico es que sé que predicas un discurso similar al mío, pero lo pierdes cuando lo enfrentas a la acción. Los dobles discursos son inseguridades que desenmascaran y tu fallas por eso. Yo al menos soy fiel a mis ideas, y si yerro lo reconozco y vuelvo a crear de nuevo mis parámetros cuando eso ocurre (muy rara vez se presenta esa situación). ¿Qué hay de ti? Solo noto actos mojigatos propios de alguien como tu, incapaz de enfrentar sus conflictos.

Ya no voy a perder mi tiempo explicando algo que no eres capaz de asimilar. Pero, si deseas rebatirme de frente, cosa que lo dudo, ya sabes donde encontrarme.