Wednesday, April 08, 2009

 

Casi al Filo

Penúltimo domingo de febrero, 9:10 pm.

Regresaba de la Estación en el taxi hacia mi casa. La cruzar el peaje, pasando el puente uno de la autopista, un auto que se desplazaba por el corredor derecho se impacta contra el parter. El taxi en el que yo viajaba transitaba por el corredor central a cinco metros de distancia y desde ahí vi cómo el vehículo dio tres vueltas de campana hasta detenerse con las ruedas arriba.

El taxista se detuvo y salí a inspeccionar. Aquel auto rojo era una masa metálica retorcida con raspones por el concreto. Me agaché y vi que el conductor seguía ebrio, pero vivo. Intenté abrir la puerta, pero estaba trabada obviamente por semejante voltereta y noté un fuerte olor a gasolina. La policía y una ambulancia vinieron al sitio luego de unos minutos. Entonces me alejé, dejando en ellos la labor correspondiente.

Al llegar a casa me puse a pensar: “¿Qué hubiera pasado si aquel auto saltara el parter hacia el carril por donde yo me encontraba? Considerando que la distancia entre ambos vehículos era corta”. “¿Qué hubiera sucedido si mientras intentaba abrir la puerta la gasolina derramada estallara?”

Viernes 27 de marzo 18:45 pm.

Salía de la Estación en mí último día de labor temporal. Apenas crucé el portón, pensé en la ruta que debía tomar para volver a casa. La una era caminar la transversal hacia la siguiente cuadra y bajar la cuesta para retomar la avenida América hacia la metrovía, o seguir directo cuesta abajo hacia la avenida América y caminar normalmente hacia la metrovía.

Me decidí por la segunda opción. Me hallaba caminando la cuadra por la América cuando oí detonaciones, al inicio creí que eran explosiones de escapes, pero se repitieron tres veces más y me di cuenta que eran ruidos de pistola. Unas cuantas personas se acercaron a la esquina y yo hice lo mismo. Las detonaciones volvieron a oírse desde una clínica apostaba en dicha esquina. En eso la policía aparece, entra a la clínica y captura a los maleantes.

Al volver a casa me puse a pensar: “¿Qué habría pasado si me hubiera decidido por la primera opción para ir a la metrovia? Seguramente me hubiera hallado en medio de la balacera ¿Y si una bala perdida me habría impactado?

En lo que va del año son dos ocasiones en que he visto la muerte de cerca. Dicen que la tercera es la vencida.

Comments:
Solo cuando te llegue la hora se sabrá...
 
Sé que te choca ésto, pero, soy como soy: yo de ti busco a Dios, a ver qué quiere el Man contigo por qué te da esos sustos!
 
Kodama: Veremos.
Carol: Prefiero que el Gran morboso tenga las agallas para verme a la cara.
 
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