Crónicas de mi Lado Oscuro

La rutina es el factor que tiende a desgastar toda relación, desde la laboral hasta la sentimental.

Vivimos en un círculo vicioso de normas y actividades. Cumplir un horario de trabajo, seguir una agenda repetitiva para luego ir a la cama y volver al trabajo. Eso hace que la vida se vuelva monótona y lo que es peor, arrebata la motivación.

Aquella monotonía producto de la rutina ocasiona, a quien la padece, el distanciamiento de las cosas que le gustaba hacer e incluso de la gente más allegada (sus amistades, su familia, su pareja) todo por cumplir un compromiso laboral o académico, hasta convertirse en un esclavo de ellos.

Por la rutina se pierden momentos irrepetibles, se pierden amistades y hasta la novia, esposa, amante o similar. ¿De qué sirve un grado de éxito laboral o académico, sino permite ver un atardecer, o ver a la gente que quieres?

No es malo tener éxito, lo malo es ser un dependiente del mismo.

Alguien dijo una vez que todo tiene su momento, pero más importante, uno no debe olvidar la esencia del por qué se trabaja, del por qué se estudia una carrera o del por qué se ama a alguien. Porque cuando se pierde esa esencia, esa chispa que te incitó a hacer todo lo antes mencionado, todo se vuelve mecánico y sin darte cuenta ya has caído en el foso de la rutina.

Así que, no dejes que la rutina arruine lo que tienes. Has un alto, valora lo que te rodea, date gusto de ir a los sitios que quieres; sorprende con alguna situación a tu pareja; date tiempo de buscar a los amigos que no has visto en meses.

No pierdas la esencia y date el gusto de existir.