Crónicas de mi Lado Oscuro

El incidente del 19 de abril de 2008, en el cual algunos rockeros perdieron la vida y otros siguen en el hospital en condición crítica, rebasó el descarado abuso de la prensa roja, al colocar con truculentos titulares y sórdidas imágenes, no solo a “satánicos” como es su costumbre exagerar, sino a seres humanos que murieron trágicamente en pos de sus ideales.

“Murieron con las botas puestas” “Satánicos buscaron la muerte” fueron algunos de los tantos titulares publicados cuyo fin fue degradar, no solo a los miembros de la hermandad rockera, sino a seres humanos; hablamos de personas, profesionales, artistas, padres, madres e idealistas, criticados por la “gente normal” por el simple hecho de pensar y vivir distinto.

A más de degradar a las víctimas de tan lamentable accidente, dicho miedo sensacionalista no tuvo reparo en publicar fotografías de sus cuerpos calcinados con todo el morbo que su estilo caracteriza, ofendiendo así la honra quienes fallecieron en aquella fatídica tarde.

La prensa roja, es un medio de comunicación ignorante, cuya prioridad es la ganancia de un producto nefasto, lleno de titulares descabellados, fotos grotescas habidas y por haber, además de sexista al mostrar la típica foto de la chica de la semana. Todo esto es la prensa roja, cuyo contenido está basado en la ignorancia textual y el salvajismo fotográfico, que en conjunto se resume en tres palabras: Sangre, Muertos y Traseros.

Que dicha prensa, que se vale de la desgracia ajena, no se atreva a rebatir con la “libertad de información”. Una cosa es informar, otra muy distinta es exagerar un hecho con toda la crudeza posible, sin capacidad objetiva, ni responsabilidad ética que todo medio de comunicación debería disponer.

No obstante, la culpa de que esta clase de prensa exista, es de quien la adquiere. Se establece así un macabro círculo vicioso de oferta-demanda. Porque la responsabilidad es tanto de quien la crea como de quien la compra. Hablamos de este modo de cierta población ávida de “noticias” chatarra, carente de criterio, aficionada a lo sangriento. Si esta gente tomara conciencia de sus procedimientos, y dejaran de ser clientes de la inmundicia, de seguro esta clase de negocios irían a la quiebra.

Mientras exista gente incapaz de investigar y discernir, lamentablemente seguirá existiendo esta clase de producto morboso. Y lo peor aún, mientras exista esta clase de gente crédula e ignorante, lastimosamente este país no evolucionará en todos los sentidos.