Crónicas de mi Lado Oscuro

Continuando con lo expuesto en el post anterior “¿Los hombres las prefieren Brutas?” es necesario exponer la otra cara de la moneda, si los hombres la prefieren brutas, entonces las mujeres los eligen brutos.

Al igual que la mujer condicionada, también existe el hombre condicionado, mejor conocido como macho, mismo que posee rasgos por demás clásicos: autoritario, insensible, que considera a las mujeres como subordinadas, que solo sirven para obedecer sus caprichos, desde pasar una botella de cerveza, hasta llamarla para divertirse un rato y en todos los sentidos. Es una persona celosa, ya que asume que la mujer solo es un objeto exclusivo de su propiedad. Esta clase de individuos gusta de una mujer sumisa y le aterra una mujer no condicionada, es decir todo lo contrario, una mujer intelectual, simpática; dueña de sus actos y deseos, debido que esta clase de mujer no es de las se dejan dominar.

El hombre condicionado, al igual que la mujer condicionada, surge como consecuencia de la influencia negativa del medio social en que vive, y fruto del entorno familiar igualmente negativo (también debería agregar la religión, pero se lo dejará por alto, para no profundizar). Por tanto el hijo de un hombre condicionado, como la mujer condicionada, tiene altas probabilidades de convertirse igual que su predecesor si no tiene la suficiente valentía de darse cuenta para cuestionarse y corregirse, caso contrario, seguirá dentro del círculo vicioso él y su hijo y los hijos de sus hijos, desde siempre y hasta siempre por los siglos de los siglos y ya saben el resto.
La gran diferencia del hombre condicionado o macho y la mujer condicionada o bruta, es que el condicionado o se enmienda o sigue en el círculo, mientras que la condicionada, cuando se da cuenta que debe romper el círculo, simplemente no lo hace por miedo, por vergüenza o quien sabe qué.

Ahora bien, biológicamente, la mayoría de las especies femeninas son las que eligen al compañero masculino para la procreación, desde las abejas hasta los primates, esa aseveración es una constante. En el ser humano es similar, la mujer elige al hombre haciendo creer que él ha sido quien “eligió” para formar un hogar.

Entonces, por simple deducción, una mujer no condicionada termina por elegir en un 100% a un bruto. Y lo más paradójico es que, cuando elige, lo hace creyendo en el cuento del príncipe azul, una familia perfecta como en los comerciales de TV, que su compañero cambiará cuando lleguen los hijos, y demás falsedades propias del inconsciente colectivo femenino en este caso.

Por eso, una mujer condicionada jamás elige a un hombre no-condicionado y la razón es simple: la conducta de una mujer condicionada es de por sí mecánica, si llega a encontrarse con un hombre no-condicionado huye de él porque éste funciona bajo otros patrones de perspectiva, es decir, que él la valora como persona, no la humilla, no la cela, etc etc. Mientras que un hombre no-condicionado no halla a su contra parte similar, porque la mayoría de ellas son obviamente condicionadas y viceversa.

Tanto la mujer, como el hombre no-condicionado son como una especie rara en vías de extinción. No se extrañe entonces que ellos terminan con alguien de su mismo sexo, o se enclaustran en un convento o simplemente mueren en la soledad.

En definitiva, la función del ser humano sea hombre o mujer es redimirse y no caer en los errores y defectos del sus antecesores, romper esos círculos viciosos, encontrarse así mism@ y ser mejor persona. No es complicado, si se lo intenta.