Monday, August 06, 2007

 

Fetichismo

Me hiciste cerrar los ojos apenas pusiste seguro a tú habitación. Estuve nervioso, lo admito con el corazón latiendo con más vehemencia de lo normal, y la sangre calentando todo mi cuerpo.

Seguíamos hablando mientras te colocabas las prendas que te compré y que sonreíste de gusto cuando abriste la caja que secretamente hasta esa tarde contenía: un corsé con broches en la espalda con tiras porta-medias incluidas, un par de medias para liguero y una máscara, todo del color que te había prometido.

- Abre los ojos – dijiste y pude al fin contemplar aquel deseo que tenía de ti, cuando estábamos en la universidad.

El cabello claro recogido con cachitos que tanto me fascina, la máscara cubriendo tu rostro y las prendas forrando todo tu cuerpo curvo no hicieron más que cortarme el habla y aumentar el calor.

- ¿Cómo me veo? – preguntaste mientras te quitabas la máscara.

- Hermosa.

Diste una vuelta y te sentaste a la cama cruzando tus piernas frente a mí, tan cerca que deseaba tocarte y despertar a la lujuriosa que conocía en la universidad. Y no lo hice.

No lo hice por falta de ganas. Fue imposible esconder mis ansias, mi erección y el calor por todo mi cuerpo.

- Aún no estás lista - dije -. Me conoces. No soy de los que sacan provecho de la situación para saciar sus intenciones.

- Lo sé - sonreíste, y te levantaste para modelar una vez más.

- Me gustaría hacer al amor contigo alguna, pero hasta que estés lista, esperaré.

- Es una promesa - sentenciaste.

Fue una de esas tardes que no pienso olvidar, mi querida Edith.





Comments: Post a Comment



<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?