Crónicas de mi Lado Oscuro

Por más que he tratado de sortearlo al final no lo he conseguido: la horrible sensación de que otro año pesa sobre mí está ahí, perforando mi mente...

No es simplemente un año más, es una revisión rauda de situaciones conseguidas y otras que sencillamente no se dan; esas son las que más duelen y frustran...

32 años terrestres... por un lado aún me aferro a mis convicciones, esta vez con la añadidura de mis cambios adquiridos tras mis confrontaciones del año pasado, en donde pereció el último vestigio de humanidad que poseía por la causa que una vez creí, hicieron tomar conciencia definitiva de lo soy: Un Demonio, un Inhumano. Lo reconozco, soy mucho más orgulloso, vengativo, sibarítico a mi modo.
Aún así, el hecho de que otro año llega me hace sentir incómodo. Ver como mi forma física se deteriora lentamente y de cómo algunas cosas que deberían pasarme (aunque sea por el maldito ciclo de vida) sencillamente no pasan (Maldición ¡HAGO LO MEJOR QUE PUEDO!)

No es un año más, viéndolo de otro modo, es un año menos para ser libre. Me he negado a convertirme en un tipo común, he roto muchos círculos, vencido muchas trabas y desperté a mi forma original; ya casi nada tengo que aprender aquí, sino allá donde pertenezco, porque aquí simplemente ya no encajo, y si sigo aquí es por la misión que tengo en la estación (teóricamente debí haberme ido por agosto, pero alguien me pidió que me quedara hasta noviembre). Creo que esta misión es la última: roja como la sangre, al menos eso espero, y como lo he dicho: “Solo estoy prolongando lo inevitable...”