Crónicas de mi Lado Oscuro

Aun recuerdo el DIA que viniste a mi humilde casa. Recuerdo tus preguntas interminables, el verte corretear por el patio, el admirar tu escote y el reír contigo.

- Tienes una bonita espalda – mencioné. Posaste tus ojillos gatunos sobre mí y sonreíste muy pícara.

Aquel fragmento de tiempo fue como un sueño tenerte solo para mí, mi amiga, donde pudiste ser tu misma. Almorzamos, hablamos, vimos una película de anime y te hice escuchar una de las canciones insignia (que luego las escucharía en mí futuro exilio).

Ese fue un DIA que jamás olvidaré. Fueron los momentos más felices de ese tiempo; antes de la gran confrontación y mi catarsis.