Tuesday, January 02, 2007

 

Informe 2006

Este año estuvo lleno de altibajos como una montaña rusa. Por una parte estuvieron momentos agradables, también dolorosos y aquellos que fueron decisivos, y que contribuyeron en un crecimiento significativo en mi vida.

El más representativo, es quizá, la cadena de eventos transcurridos desde el mes de abril, cuando mis conflictos que llevaba conmigo, desde hacía mucho tiempo, requirieron ser solucionados en el transcurso de este año a un precio muy, muy alto.

Mis crisis existenciales estuvieron añadidas en un factor: el inesperado sentimiento de amor que una vez sentí por Lucy.

Desde cierto punto de vista, Lucy hubiera sido un buen complemento para mí. No pude evitar sentir algo más por ella; no pude evitarlo y lo dije por varios motivos: porque necesitaba sentir (al menos por una vez) aquel afecto; también lo hice para sacarla de su confusión por la que ella atravesaba, lo hice porque me hubiera gustado compartir mi vida con ella, y porque la amaba. De este modo sacrifiqué cuatro años de amistad, el todo por el todo y perdí. Su negativa no solo fue un duro golpe, sino los dos exilios que tuve que soportar.

El primer lapso fue devastador. La dolorosa sensación de que la estaba perdiendo y jamás volver a verla hicieron que mi desesperación se saliera del límite, al igual que la melancolía que acarreaba. El dolor era como la carne sin piel, llegué al fondo del abismo muy golpeado; el dolor no consistía solamente en la negativa recibida, sino en la pérdida de una Aliada que estuvo cuatro años conmigo, de mí papel en este escenario y en encarar mis dudas, así como la ira y la frustración reprimidas por tanto tiempo.

El segundo lapso se dio tras un precario reencuentro con Lucy. De repente dejó de hablarme y me prohibió verla, llegando inclusive a odiarme (hasta ahora no sé por qué) fue un golpe igual de fuerte. En ambos casos, creí que llegaría mí final. Tras inútiles intentos de hacerla recapacitar, estuve al borde de poner fin a todo esto, y no lo hice (aunque las esquelas estuvieran ya listas). Sin embargo, por una razón inexplicable, me sobrepuse del quebranto y volví a reconstruirme junto con el apoyo de las personas que estuvieron ahí, suturando mis heridas, cuyas marcas me acompañarán hasta que el cuerpo aguante.

Busqué refugio en el teatro (descubrí que de actor me muero de hambre). No obstante, con el paso de los meses, redescubrí mi potencial, así como los conceptos que sabía y que me negaba a aceptar. Finalmente los acepté. Tuve un nuevo despertar, mis fuerzas se multiplicaron con aquel renacimiento. Ahora sé lo que soy y quien soy (un demonio) y he tomado conciencia de ello con mucho orgullo. La era de la autocompasión terminó, pasando a una era de euforia e impetuosidad. El dolor cesó, veo las cosas desde una nueva perspectiva.

El probar la carne fue un elemento crucial en mi cambio. Jamás pensé que la carne lasciva supiera tan rico. De hecho, fue el suceso que dio por terminado aquella catarsis que tanto tiempo estuvo en mí.

El personaje revelación de este año fue Yukino. Su destreza y valor fueron puestos a prueba cuando entregó mi encomienda a ella por su cumpleaños. Lo hizo muy bien, y un nexo empezó a formarse muy pronto.

- O es mí idea, o te estás palanqueando para que te ascienda de rango.

Yukino sonrió y respondió:

- No me estoy palanqueando, estoy haciendo méritos.

Fue así que Yukino fue ascendida al rango de Aliada (la Quinta Elegida).

Otra sorpresa agradable fue el volver a ver a Sara tras sus dos años de andar por el Viejo Mundo y que nuestra amistad a prevalecido tras ese tiempo.

No viajé mucho, pero estuve en momentos muy simbólicos: el concierto de Mägo de Oz, donde grité el nombre de ella; mi cuarto que acogió a Lucy y a Sara respectivamente; el espejo donde vi mi negra figura abrazando el cuerpo de mi amante; el conejo habitando la luna que me indicó Yukino; las tardes en casa de Sara; el abrazo de Edith al verme llorar y las conversaciones con Amy cuando más lo necesitaba.

La música representativa fue obviamente la de Mägo de Oz, especialmente el álbum Gaia II que me acompañó este año (casi todas sus canciones me recuerdan a ella).

Casi al finalizar el año, Lucy volvió a aparecerse. El dolor y las experiencias fueron encerradas en una caja de amnesia. La amistad sigue ahí, como si el tiempo no hubiera transcurrido...

Este año aprendí mucho, puse fin a mis crisis y al final de la ruina resurgí; finalmente consolidé mi equilibrio y mi Fuerza renovada. Así es, soy mucho más fuerte ahora. Estoy listo para nuevos retos.

Presiento que el año que está por iniciar será intenso, lleno de cambios positivos, y algo me dice que será placentero.

En fin, deseo a mis lector@s invisibles, y sobretodo a mis Aliadas, todo lo mejor para este año. Gracias a ustedes cinco por el apoyo, gracias por estar conmigo.

¡Banzai!

Pd: Las chicas de la imagen que puse representan a mis Aliadas, y se distribuyen en orden ascendente-descendente: Kodama, Sara Black, Amy, Lucy y Yukino. Si son curios@s, adivinen a quien le corresponde.




Comments:
soy la de cabello azul o la muñequita que sostiene la de cabello rojo de la izquierda????.... jejeje el argumento del final desperto mi curiosidad!!! (tengo la idea q estabas seguro, hiba a preguntar... jejeje)
te quiero no entiendo muy bien lo de la carne
 
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Yukino-chan: Eres la del cabello azul de cachitos, lo de la carne es acerca de las cuestiones sibarìticas.
 
menos mal yo no soy la de cachitos...jajajaja... pero si no soy la de cachitos?? tonces???
 
Kodama: Adivina, veamos que tan imaginativa eres.
 
que es eso de sibariticas???....
jejeje
 
no le has dicho q es eso de "sibarita"??? mmm... DILE DILE DILE!!!
 
Kodama: Si se lo dire. Ya es tiempo de que lo sepa. jejeje
 
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