Monday, November 06, 2006

 

La cacería III

Haz lo que debas hacer, Lord Croxus. No vaciles, no tengas piedad.
(Darth Sidius)


La lluvia nocturna caía sobre Darth Croxus, bañando su lúgubre cuerpo en las afueras del parqueadero, cerca del hangar de despegue. Ni un levi-auto estorbaba el sitio frente a él y ellos: el arrogante “Darth” Lumjôl y su acompañante, la joven Paula.

Los ojos de Croxus se mostraban rojos de ira más que congoja. Sujetaba el mango de su espada luminosa, ansioso de encenderla.

El fornido Darth Lumjôl dio un paso provocador.

- Vaya. El famoso Darth Croxus me ha encontrado. Pensé que nos dejarías escapar.

El Sith no dijo nada, seguía aferrado a su fiel sable.

- Ten cuidado, querido – le advirtió la mujer de ojos marrones -. Lo conozco. Es un Sith muy peligroso.

- ¿Tan peligroso que mató de Darth Moftawn así de sencillo? – se mofó -. Era un idiota. Cualquiera podía vencerlo, ¿Cierto, Croxus?

La lluvia comenzó a caer con violencia. Croxus levantó la barbilla, dejó que su mano encendiera su espada, y sin decir nada avanzó hacia. Lumjôl con un golpe de tajo, pero aquel tipo contuvo el ataque en un rápido reflejo de su espada.

- Eres fuerte, Croxus – congratuló Darth Lumjôl - ¡Pero no tanto como yo!

Paula se refugió cerca de la astro-nave lista para huir del planeta. Vio cómo Lumjôl arremetía contra Croxus con energía y elegancia. Croxus apenas podía contener los ataques.

- ¿Qué pasa, “Sith”? – se burló Darth Lumjôl - ¿Eso es todo lo que tienes? ¡Será fácil acabar contigo!

Darth Croxus evadió otros dos ataques más, el último rebanó a la mitad un levi-auto. Lumjôl seguía arremetiendo obsesivamente, consiguiendo evasiones del rival en vez de un golpe definitivo.

Darth Lumjôl tomó ventaja de un descuido de Croxus, levantó su mano levitándolo y lo impelió con excesiva brusquedad contra una pila de contenedores hexagonales. Al notar que no existía movimiento desde el montículo, Lumjôl dio media vuelta con una mueca de triunfo en su rostro. Al fin había dado muerte al más notorio de los Sith.

De pronto, Paula y Lumjôl oyeron un ruido metálico, Lumjôl regresó a ver al montículo y vio pasmado que los contendores salieron expulsados, y desde su centro aparecía una figura mucho más temible.
La lluvia cayó con más furia. Un sorpresivo relámpago iluminó el cuerpo de Darth Croxus, quien gritó con toda la ira reservada en su interior, en tanto sus ojos despedían un rojo de miedo. Dio un formidable salto y corrió encendiendo su espada hacia Lumjôl, acometiendo con movimientos veloces para el desprevenido fanfarrón. Croxus blandió su arma y derribó a Lumjôl de una patada al rostro, dejándolo desarmado. Antes que este se levantara, el feroz Lord Oscuro extendió sus manos levitando a Lumjôl a unos cinco metros y descargó sus rayos contra él tan despiadados que hizo que gritara como un condenado.

- Divertido – dijo él, dirigiéndolo contra una valla y un remolcador cual bola de energía. Finalmente lo dejó caer frente a él, ahora Lumjôl era un esperpento repleto de cortaduras y humo productos de los rayos.

Croxus extendió la mano, atrayendo el sable de Lumjôl tirado a unos metros, tomó la suya, y aguardó a que el rendido intentara levantarse.

- ¿Creíste que ibas vencerme? – su voz fluía como un rugido de horror -. No conoces nada del Lado Oscuro de la Fuerza. ¡Nada!

Encendió las dos hojas. Lumjôl logró ponerse de rodillas y luego se irguió al fin tambaleante. Su rostro de cínico estaba chamuscado, pero no era impedimento para que exhibiera un gesto de pavor gigantesco. Croxus paladeó el momento y hundió las hojas luminosas en le torso del desvalido hombre, levantándolo como a una raída marioneta de carne que no hacía más que chillar.

- ¡No debiste provocarme! ¡Disfruta de tú error, “Darth” Lumjôl!. Los aullidos secaron cuando las dos espadas rebanaron el cuerpo a la mitad en un fulminante zumbido.

Paula, que vio todo el duelo, quiso correr, pero sabía que no huiría tan lejos. Vio a Croxus caminar hacia ella.

- ¡Lárgate! ¡Lárgate! – gritó la mujer, pero se calló cuando algo invisible estrujaba su cuello. Croxus se acercó con la mano apretada, señalando la traquea de Paula.

- Debería matarte personalmente – dijo él, con el mismo tono aterrador -, pero no quiero que mis manos se manchen con tú sangre – y la liberó de su asfixia. Paula recuperó el aliento penosamente.

- ¿Qué vas a hacer conmigo? - Preguntó ella entre la tos.

El Sith miró por última vez a la mujer, mientras que sus soldados, que custodiaban la zona, se reunieron al concluir el enfrentamiento.

- Toma tú nave. Ve a donde quieras – Se alejó de ella con sus hombres.

Paula se levantó y subió la rampa de la astro-nave. Una vez ya sentada frente a los controles y con el dolor latente en su garganta, la mujer inició el despegue.

La nave se elevó presurosa, siendo observada por Croxus.

- Capitán Qyron.

- Sí, mi Lord.

- Esa nave no debe llegar a los 300 metros.

- Como lo ordene, mi Lord.

Darth Croxus se encaminó a su transporte sin volver a mirar al cielo. Solo oyó el estallido de la nave, derribada por un disparo de cañón láser.

Comments:
bien hecho que la cobarde acabara asi.... pero me parecio bien que la tipa se haya resignado a morir y luego que pensara que tenia otra oportunidad jejje
 
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