Crónicas de mi Lado Oscuro

- Cierra los ojos – te digo mientras estamos abrazados.

- ¿Porqué?

- Quiero que lo hagas.

- Está bien.

Me acercó más, y beso tus labios. Te arrincono más en aquel pasillo para que nadie nos vea. Me separo y admiro tus ojos incrédulos e indecisos.

- ¿Por qué no te das cuenta?

- ¿De qué?

- De que ya no somos unos niños. ¿No te das cuenta de lo que siento por ti?

Percibo tus manos en mi cintura, una sensación agradable cada vez que me tocas.

- Me es difícil decirlo. Temo lastimarte.

- Tú indecisión lo está haciendo – vuelvo a besarte –. Sólo dilo.

- No hay nada que pueda decirte. Lo siento.

Retiro despacio tus manos en mí. Te beso por última vez, tomo mis cosas dejándote con tus dudas y tus palabras sin emoción. Te di la oportunidad de cambiar nuestra historia, pero preferiste hacer caso a tu extravío. Lo que nos ocurra mañana puede esperar, lo que quiero esta tarde es sentirme lejos de todo y llorar con mucha fuerza.