Crónicas de mi Lado Oscuro

Algo me dice que no viviré por mucho tiempo, tal vez un par de años, tal vez menos, mucho menos. Algo me dice que la próxima vez que duerma ya no despertaré aquí, que dejaré el cascarón que tengo por cuerpo, esa atadura que me impide desplegar mis alas, para transformarme en mi forma original, e ir en busca de mi propio paraíso.

El paraíso para mí es el sitio donde no hay sufrimiento ni dolor, donde existe el máximo placer infinito, prados siempre verdes, el azul más puro y la brisa gentil; la música que tanto me gusta oír, en la que puedo surcar los aires a su ritmo cual feroz meteoro.

Es mi lugar prometido, sin tiempo, sin maldad, donde puedo verlas sin ataduras a Kodama risueña haciendo una corona de flores, a Edith danzando en el crepúsculo, a Amy narrándome los cuentos olvidados de otros tiempos, a Sara enseñándome sus dibujos y a Jazz aprendiendo a usar sus nuevas alas y yo con ellas, sujetando mi guitarra rockera y mis enormes alas desplegadas.

Cuando duerma por última vez, despertaré allá, dentro de poco.