Monday, June 05, 2006

 

Al Filo del Crepúsculo

Wholfyld seguía observando el crepúsculo, sentada sobre el borde de la terraza de la fortaleza. No había advertido que Croxus estaba cerca de ella desde hace más de media hora, aguardando.

El hombre esperó unos minutos más y finalmente habló.

- ¿Sigues mirando el horizonte o pretendes hacerlo?

La mujer no dijo nada.

- No entiendo - prosiguió Croxus -. Dices que no te pasa nada, que no es nada en contra mía o sobre el resto de la gente. Sin embargo, algo te inquieta, te molesta o aflige; lo percibo porque te conozco bien. No puedo dar con el motivo porque no me das indicios, lo único que tengo son sospechas.

Wholfyld lo miró de reojo.

- ¿Y cuáles son? Quiero saber.

- Son muchas. Tú reciente desengaño con Benjamín; la presión de la invasión de los Krulls a la aldea, temes que tú liderazgo se pierda en la batalla; sospecho además que estás confundida por tu relación con Leonard, supones que te está utilizando; también están las heridas que sufriste al probar la máquina voladora de Mohamed, la leve cicatriz en tú frente te hace creer que ya no eres atractiva, lo cual es un error, o es el miedo de volver a probar ese artilugio. Es todo eso, o es que ya no confías en mí como antes.

Wholfyld no dijo nada, siguió mirando el horizonte, en tanto Croxus acarició por unos momentos su espada.

- No sé cómo ayudarte si no me dices lo que te ocurre. Extraño a la Wholfyld risueña y altiva con la que salía viajar de poblado en poblado y descubrir las bellezas del bosque oriental. ¿Qué te está ocurriendo?

Wholfyld seguía en silencio. Entonces Croxus desenvainó su espada, reflejándola con el sol poniente.

- Prometí que estaría a tú lado en todo momento, y así lo he hecho en estos años - guardó la espada -. Estoy y estaré aquí, para escucharte y ayudarte - dirigió sus ojos a los niveles inferiores de la fortaleza -. Debo inspeccionar allá abajo. Si quieres hablar, ya sabes cómo buscarme.

Corxus dio media vuelta.

- Croxus - habló por fin Wholfyld sin mirarlo -. Yo confío en ti.

- Lo sé - dijo él, saliendo de la terraza.

Comments:
a veces mirar el horizonte ayuda a calmarse... a veces son demasiadas cosas que el silencio es mejor...
 
Post a Comment



<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?