Monday, April 03, 2006

 

Cacería II


- Mi lord, lo tenemos rodeado - dijo el capitán.

- Buen trabajo, capitán - echó una mirada a la enorme bodega abandonada en las afueras de la ciudad, como un niño ansioso. -. Que sus soldados rodeen el sitio. Si él sale con vida, mátenlo.

Dicho esto, el Lord Sith entró confiado en la bodega, un sitio vacío y descuidado, ideal para un duelo. En el otro extremo, cerca de una pequeña montaña de chatarra, un hombre de aspecto ancho y burlón lo esperaba con patético estoicismo. Él sabía muy bien, como su depredador, que no había escape.

- Así que “Darth” Moftawn - dijo Croxus deteniéndose cinco pasos frente al impostor -, finalmente estás atrapado.

- No es posible que me hagas esto, Darth Croxus - rió nerviosamente -. Somos aliados.

- ¡Nunca te consideré un aliado! - refutó el Sith -. Pretendiste asimilar el Lado Oscuro, con tu palabrería y unos cuantos trucos baratos. Debo reconocer que fuiste un poco hábil, pero no lo bastante para mí, puesto que soy mucho más poderoso que tú. Yo sí conozco el poder del Lado Oscuro.

Moftawn estiró su regordeta mano y levitó un destartalado compresor, lanzándolo como piedra hacia Croxus, el mismo que lo repelió fácilmente, chocándolo contra unos contenedores.

- ¿Te haces llamar Sith con esos trucos? Me decepcionas.

- ¿Es por ella,¿Verdad?

- No sé de qué hablas – Croxus alejó un inesperado sudor de su frente.

- Estás furioso porque ella me eligió a mí, con todo y mis trucos.

- Cállate –masculló para conservar su ira.

- Eso es – sonrió el confiado Moftawn –. Ella me eligió y la pasamos muy bien.

- Cállate.

- Ella lo disfrutó y la tuve desnuda entre mis brazos después de hacerlo toda la noche.

- ¡CALLATE!

Croxus arrojó unos mortíferos rayos de su mano que envolvieron el corpachón de Moftawn, sacudiéndolo entre sus lastimeros chillidos.

- ¡YO NO TENGO LÍMITE EN MÍ PODER! – Levantó la bola luminosa arrastrándola a un rincón, donde lo dejó caer al retirar los rayos.

Es muy fácil destruirte así – dijo Croxus al jadeante sujeto –. Veamos si eres bueno con el sable. Anda, enciéndelo.

Moftawn se levantó muy pesado y encendió su sable de luz, su cuerpo expelía ríos de sudor de sus fofas carnes. Sintió que los ojos de Croxus le taladraban con odio implacable, y el miedo le estaba invadiendo al haber desatado la furia del Sith. Aún con las probabilidades en su contra, el hombrezuelo empuñó su sable y fue al ataque.

- ¡Maldito!- gritó el regordete atacante, blandiendo su arma desesperadamente, sin coordinación, ni técnica, a lo que Croxus repelió el ataque, sujetando su sable con una sola mano.

- ¿Eso es todo? – se burló Croxus, mientras caminaban en círculos - ¡Qué desperdicio!

Antes que Moftawn reaccionara, Croxus avanzó a él con velocidad atroz, con movimientos de sable furiosos; la hoja de luz deslumbraba muy rauda a los ojos del rival quien poco pudo hacer para defenderse.

- ¡Izquierda, derecha! - gritó Croxus sin dejar de atacar - ¡Golpe frontal! ¡Corte en V! ¡Corte en arco! ¡Vamos! ¡Rompe mi defensa! ¡No puedes! ¡Desequilibra mi atención! ¡Qué intento más torpe! ¡Movimiento doble! ¡Media hélice! ¡Golpe central!.
Finalmente, Croxus se hartó y cercenó la mano que empuñaba el tipejo, quien profirió un rudo grito antes de caer de rodillas.

La hoja luminosa de Croxus impidió que se incorporara, yacía apenas a unos pocos centímetros de su gruesa papada.

- Jamás asumas un poder que no alcanzas a entender, como lo es el Lado Oscuro. Esta es la primera y última lección que te doy.

Sin añadir más, Croxus movió su sable con precisión, rebanando el cuello del vencido. Se dio la vuelta de regreso al exterior, sin mirar atrás.

- Hasta en la muerte me decepcionas – murmuró.

Comments: Post a Comment



<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?