Monday, March 13, 2006

 

Lealtad, tonta lealtad



Uno de mis grandes defectos es mi estúpido sentido de lealtad. Así es, valoro la confianza que me otorgan mis aliad@s, a la par que procuro estar con ell@s, en todo momento, ofrecer mi ayuda, consejo, consuelo y cariño.

Mas hay momentos en que se pone a prueba mi estúpida lealtad, de cometer un error como una traición o decir lo jamás debería.

Es que cuando juro lealtad a un@ aliad@ en potencia, mi espada, mi valor y consejo están al servicio de ell@s, al punto del sacrificio ciego. Pero a veces surge la duda “¿Debo decir mi verdad y traicionar lo que tan esperanzadamente me encomendaron, debo callarme hasta que me llegue la muerte o debo sevirl@, protegerl@ y guiarl@ como a valiente líder?” La tercera opción se impone: mi lealtad está por encima de mis cuestiones internas.

Una de esas dudas me ocurrió una vez con Edith años atrás. Estuve a un paso de mostrarle mis sentimientos, pero me contuve y lo sacrifiqué por nuestra amistad y la lealtad que le he jurado. No puedo pasar de esa frontera, pues me sentiría indigno.

No me extraña que alguien ser ría de mí por mi pensamiento anticuado. Pero aun así, sigo levantando mi espada a favor de ell@s, sin esperar recompensa, sin buscar lo impropio. Así es mi defecto, y así será mientras viva, hasta que el cuerpo aguante...

Comments:
de acuerdo contigo...
 
Post a Comment



<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?