Tuesday, January 03, 2006
una dia de abril
Perdí mi virginidad un sábado de abril, el mismo día en que el papa fue declarado muerto.
Tuve que hacerlo, por ansia, por curiosidad, porque era bastante anormal que a mi edad de 6 lustros no me haya acostado con una mujer, y porque quería comprobar las fantásticas historias que mis hermanos y consejeras me relataban a mis oídos.
Lo hice porque tuve la oportunidad, la misma que no he vuelto a tenerla hasta hoy.
La conocí por el chat a por el mes de marzo. A las tres semanas, luego de que surgió el tema y nuestras necesidades, nos citamos al medio día cerca de la universidad. Fuimos a un hotel cercano al sector y lo hicimos. El momento que tanto había deseado llegó... y nada más pasó.
¡Tanto luchar para esto!, así fue perder mi virginidad. El haberme acostado con alguien no me pareció tan fantástico como me lo contaron. No vi estrellas, ni estuve al borde el clímax, no grité, ni me retorcí del frenesí. Me pareció todo tan mecánico. En cambio ella lo disfrutó mucho en las dos veces que lo hicimos.
Cuando ella se vistió, dejándome desnudo en el hotel, me sentí sucio (me sigo sintiendo hasta hoy). Lloré, llore mucho, en tanto CNN mostraba el cortejo fúnebre del pontífice. No salí de ahí hasta las 6 de la tarde. Me costó mucho ponerme el jean y mi camiseta, y traté de evadir mi confusión con un pan que compre por ahí.
¿Dónde están todos eso mitos que solían contarme? ¿Dónde está esa famosa lujuria deliciosa de dos cuerpos que se unen? Me temo que he vivido engañado todo este tiempo, o yo no estoy condicionado para eso.
En lo personal, me quedo con la segunda opción. No le veo sentido, y lo que más me molesta es que mis instintos siguen ahí como mofándose de mí, jodiéndome la sique convertida en odio, teniendo que recurrir a la mastuboterapia (no me de placer hacerlo, es sólo una simple terapia) para no perder la cordura.
“Ya se te pasará”, me dijeron mis consejeras cuando les conté, y francamente lo dudo mucho.
“Ya encontrarás a alguien mejor” “Ya tendrás otra oportunidad” ¡Qué saben ellas de mi frustración! ¡Qué saben ellas de mis fallidos esfuerzos a lo largo de mi vida! ¿Creen que es muy fácil buscar carne así como así?, ¡Claro! ¡Con lo bien “armado” que estoy jajaja! He esperado tres largas décadas para probar el sexo, sólo tomé la oportunidad y eso fue todo, solamente una coincidencia. A esa mujer le di las dos mejores horas de su vida, y yo me quedé con un doloroso vacío.
Los restos de mi primera vez siguen ahí, como una fea cicatriz que no puede borrarse. Sigo dolido, sin recuperarme, eludiéndola con dosis de masturboterapia cuando el instinto pide.
“Solo es cuestión de buscar”, “Solo es cuestión de buscar”, “Ya llegará alguien”, “Sigue buscando”. ¡!!!Odio esas frases!!!! Parece que me lo dicen por compasión, cual enfermo con gangrena avanzada, como si en el fondo supieran que no tengo posibilidades, restregándome una esperanza que jamás tendré.
Me temo que mi situación quedará ahí, debiendo seguir con la maldita masturboterapia y la virtualidad...hasta que mi deforme cuerpo aguante.
Tuve que hacerlo, por ansia, por curiosidad, porque era bastante anormal que a mi edad de 6 lustros no me haya acostado con una mujer, y porque quería comprobar las fantásticas historias que mis hermanos y consejeras me relataban a mis oídos.
Lo hice porque tuve la oportunidad, la misma que no he vuelto a tenerla hasta hoy.
La conocí por el chat a por el mes de marzo. A las tres semanas, luego de que surgió el tema y nuestras necesidades, nos citamos al medio día cerca de la universidad. Fuimos a un hotel cercano al sector y lo hicimos. El momento que tanto había deseado llegó... y nada más pasó.
¡Tanto luchar para esto!, así fue perder mi virginidad. El haberme acostado con alguien no me pareció tan fantástico como me lo contaron. No vi estrellas, ni estuve al borde el clímax, no grité, ni me retorcí del frenesí. Me pareció todo tan mecánico. En cambio ella lo disfrutó mucho en las dos veces que lo hicimos.
Cuando ella se vistió, dejándome desnudo en el hotel, me sentí sucio (me sigo sintiendo hasta hoy). Lloré, llore mucho, en tanto CNN mostraba el cortejo fúnebre del pontífice. No salí de ahí hasta las 6 de la tarde. Me costó mucho ponerme el jean y mi camiseta, y traté de evadir mi confusión con un pan que compre por ahí.
¿Dónde están todos eso mitos que solían contarme? ¿Dónde está esa famosa lujuria deliciosa de dos cuerpos que se unen? Me temo que he vivido engañado todo este tiempo, o yo no estoy condicionado para eso.
En lo personal, me quedo con la segunda opción. No le veo sentido, y lo que más me molesta es que mis instintos siguen ahí como mofándose de mí, jodiéndome la sique convertida en odio, teniendo que recurrir a la mastuboterapia (no me de placer hacerlo, es sólo una simple terapia) para no perder la cordura.
“Ya se te pasará”, me dijeron mis consejeras cuando les conté, y francamente lo dudo mucho.
“Ya encontrarás a alguien mejor” “Ya tendrás otra oportunidad” ¡Qué saben ellas de mi frustración! ¡Qué saben ellas de mis fallidos esfuerzos a lo largo de mi vida! ¿Creen que es muy fácil buscar carne así como así?, ¡Claro! ¡Con lo bien “armado” que estoy jajaja! He esperado tres largas décadas para probar el sexo, sólo tomé la oportunidad y eso fue todo, solamente una coincidencia. A esa mujer le di las dos mejores horas de su vida, y yo me quedé con un doloroso vacío.
Los restos de mi primera vez siguen ahí, como una fea cicatriz que no puede borrarse. Sigo dolido, sin recuperarme, eludiéndola con dosis de masturboterapia cuando el instinto pide.
“Solo es cuestión de buscar”, “Solo es cuestión de buscar”, “Ya llegará alguien”, “Sigue buscando”. ¡!!!Odio esas frases!!!! Parece que me lo dicen por compasión, cual enfermo con gangrena avanzada, como si en el fondo supieran que no tengo posibilidades, restregándome una esperanza que jamás tendré.
Me temo que mi situación quedará ahí, debiendo seguir con la maldita masturboterapia y la virtualidad...hasta que mi deforme cuerpo aguante.
