Crónicas de mi Lado Oscuro

Me tomas de la mano, guiándome como un niño a tu habitación. Sin saber cómo me besas a mis fríos labios. Trato de decir algo, pero no lo consigo, y me arrinconas al borde de la cama, casi al punto de caer sobre ella.

Dejo que tus manos hurguen en mí, acariciando mi torso y mi sexo al despojarme de mi ropa, mi último escudo que me aparta de ti.

El calor me invade. Quiero emularte, que mi instinto haga lo suyo... y no puedo

Doy un paso evasivo antes de tropezar con la cama. Protestas, no digo nada. Me llamas marica, mientras me visto sin replicarte.

Sigues protestando. Me abrocho el pantalón con mi erección aprisionada bajo la bragueta. Salgo de tu cuarto, arrepentido, satisfecho, frustrado.

Es inútil. No puedo ceder a sus pasiones humanas. No entiendo, no puedo.