Monday, November 28, 2005

 

Fiesta de hipócritas (Parte uno: ¡Dejen al toro en paz!)



En esta parte del planeta, las fiestas de fin de año han llegado, y la más importante del calendario son las fiestas de Quito. Si uno es observador podrá hacer un alto y cuestionarse lo que se celebra.

Allá en ese 6 diciembre de 1534 las tropas españolas, al mando del capitán Sebastián de Benalcázar, tras saquear cada ciudad que invadían, llegaron a Quito, hambrientos del oro que prometía el nuevo mundo. Tras quemar la ciudad, someter a los aldeanos y violar a las vírgenes del sol, lograron capturar al caudillo Rumiñahui, lo torturaron a fin de que responda sobre las demás riquezas del último emperador inca Atahualpa. Rumiñahui prefirió morir antes de decir nada.

Bajo estas circunstancias, los invasores destruyeron toda la ciudad, y sobre estas ruinas se edifica la nueva ciudad San Francisco de Quito.

¿Cómo alguien, en su sentido común puede celebrar una fiesta concebida en el salvajismo y muerte que ocurrió haces ya más de 400 años?

Otro factor igual de indignante es el ridículo ritual que tiene su apogeo durante esta festividad: la temporada taurina. El que menos, se las da de español puro cuando frecuenta la plaza de toros, asumiendo un rol patético para darse de importante (hasta el acento español se imita) haciendo esfuerzos para ocultar su piel oscura y su mestizaje.

Eso ya queda en la conciencia de cada quien. Lo más molesto es que todavía ya en el siglo XXI se continúe con la horrísona costumbre de torturar a un ser vivo. No es nada divertido ver al pobre toro humillado, incrustado de banderillas, haciéndolo sufrir hasta el cansancio para luego darle muerte de una estocada o más en el caso de que el animal se niegue a morir

¿Como es posible que estando en un nuevo siglo no se erradique esa práctica cuya gente “gente” indolente gusta ver a otro ser vivo sufrir?

Si quieren ver sufrimiento vean el box, (los humanos están ahí porque quieren eso es distinto) o las luchas de robots que son hasta le muerte. Pero es tiempo de hacer conciencia y decir basta a este cruel acto de carnicería sin sentido.

¡Tortura no es arte ni cultura!

Comments:
Cristianos contra leones... cierto tipo de "diversi{on" no ha cambiado en miles de años.
 
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