Friday, September 23, 2011
Aniversario 911
Han pasado ya 10 años del ataque terrorista a las torres gemelas, un acto q ha cambiado radicalmente el curso de la historia y la concepción del mundo.
Yo recuerdo muy bien lo que hice ese día. Me alistaba para ir a la universidad a encontrarme con un amigo de mi curso. Cerca de las 8 y media de la mañana enciendo la televisión y me entero por las noticias de último minuto que un avión se había estrellado en una de las conocidas torres gemelas en nueva york, al parecer por un descuido del piloto.
Bajé a la cocina a prepararme un café y un pan con mantequilla y justo al volver a mi cuarto a seguir observando el suceso en vivo, otro avión se acerca volando peligrosamente sorpresivamente se estrella con la segunda torre explotando en una bola de mortal fuego.
Todos, incluyendo los narradores de la noticia, miramos con estupor cómo sucedía ese siniestro. Entonces la idea de un accidente fue eliminado, tal acto fue resultado de un ataque terrorista muy bien planeado. Horas más tarde, otro avión de pasajeros se estrellaría en el pentágono y otro que se estrelló en otra parte, según versión oficial, por la acción de los pasajeros que dominaron a los terroristas a bordo.
Volviendo a las torres, yo seguía observando aún asombrado aquel cuadro que superaba a cualquier película de acción. Los minutos pasaron y la primera torre se desplomó cual castillo de naipes entre el humo, el fuego y los gritos de la gente en los alrededores. Solo era cuestión de tiempo que la segunda edificación corrierra con su nefasto destino. La gente q estaba atrapada en lo más alto, prefirió lanzarse al vacío y morir impactada en el suelo que morir en las llamas. Minutos más tarde la segunda torre cayó...
Cientos de personas murieron ese día. Es de por sí imposible olvidar ese día y de borrar de la memoria uno de las actos en donde se llevó la máxima expresión de odio concebido.
Muchos son los culpables de este acto brutal. Por un lado están los gobernantes que EEUU de uno u otro modo han intentado imponer un modelo de capitalismo extremo y no solo eso, sino de nombrar enemigos a quienes consideran nocivos para sus intereses imperialistas y egoístas. También están los organizaciones terroristas que, escudándose en una religión, pretenden liberar una guerra santa contra quienes consideran causantes de sus infortunios. Ambas facciones son hipócritas, usan la religión y un falso patriotismo con una razón clara para quien es ateo y apolítico: ambas partes pugnan por el poder y nada más.
Pueda ser que me equivoque, pero una cosa es cierta: mezclen las intrigas políticas con el fanatismo religioso, intereses mezquinos junto la ignorancia y tendrán como resultado un atentado de la índole de las torres gemelas.
Y todo esto por el poder absurdo de unos cuantos.
Yo recuerdo muy bien lo que hice ese día. Me alistaba para ir a la universidad a encontrarme con un amigo de mi curso. Cerca de las 8 y media de la mañana enciendo la televisión y me entero por las noticias de último minuto que un avión se había estrellado en una de las conocidas torres gemelas en nueva york, al parecer por un descuido del piloto.
Bajé a la cocina a prepararme un café y un pan con mantequilla y justo al volver a mi cuarto a seguir observando el suceso en vivo, otro avión se acerca volando peligrosamente sorpresivamente se estrella con la segunda torre explotando en una bola de mortal fuego.
Todos, incluyendo los narradores de la noticia, miramos con estupor cómo sucedía ese siniestro. Entonces la idea de un accidente fue eliminado, tal acto fue resultado de un ataque terrorista muy bien planeado. Horas más tarde, otro avión de pasajeros se estrellaría en el pentágono y otro que se estrelló en otra parte, según versión oficial, por la acción de los pasajeros que dominaron a los terroristas a bordo.
Volviendo a las torres, yo seguía observando aún asombrado aquel cuadro que superaba a cualquier película de acción. Los minutos pasaron y la primera torre se desplomó cual castillo de naipes entre el humo, el fuego y los gritos de la gente en los alrededores. Solo era cuestión de tiempo que la segunda edificación corrierra con su nefasto destino. La gente q estaba atrapada en lo más alto, prefirió lanzarse al vacío y morir impactada en el suelo que morir en las llamas. Minutos más tarde la segunda torre cayó...
Cientos de personas murieron ese día. Es de por sí imposible olvidar ese día y de borrar de la memoria uno de las actos en donde se llevó la máxima expresión de odio concebido.
Muchos son los culpables de este acto brutal. Por un lado están los gobernantes que EEUU de uno u otro modo han intentado imponer un modelo de capitalismo extremo y no solo eso, sino de nombrar enemigos a quienes consideran nocivos para sus intereses imperialistas y egoístas. También están los organizaciones terroristas que, escudándose en una religión, pretenden liberar una guerra santa contra quienes consideran causantes de sus infortunios. Ambas facciones son hipócritas, usan la religión y un falso patriotismo con una razón clara para quien es ateo y apolítico: ambas partes pugnan por el poder y nada más.
Pueda ser que me equivoque, pero una cosa es cierta: mezclen las intrigas políticas con el fanatismo religioso, intereses mezquinos junto la ignorancia y tendrán como resultado un atentado de la índole de las torres gemelas.
Y todo esto por el poder absurdo de unos cuantos.
